Las fiestas, reuniones y celebraciones en viviendas pueden convertirse en motivo de conflicto entre vecinos, especialmente durante diciembre.
Desde 2025, el ruido excesivo dejó de ser solo una molestia para convertirse en una conducta sancionable con mayor severidad, tras la entrada en vigencia de la Ley 2450 de 2025, conocida como Ley contra el Ruido.
Esta norma modificó el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, incrementó el valor de las multas por contaminación acústica y fortaleció las facultades de la Policía para intervenir de manera inmediata cuando se afecte la tranquilidad de la comunidad, incluso durante celebraciones privadas en casas o apartamentos.
En diálogo con Bienestar Fm, Fernando Guerrero, abogado de la Universidad Manuela Beltrán, dijo que la ley busca desincentivar una de las infracciones más frecuentes en zonas residenciales, particularmente en temporadas de alta actividad social como Navidad y Año Nuevo.
“El marco normativo es la Ley 2450 de 2025, que modificó el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana. Esta norma endureció las sanciones para convertir la contaminación acústica en una infracción que duele el bolsillo”, afirmó el experto.
Señaló que cuando una fiesta, reunión o evento afecta la tranquilidad de los vecinos y no se acatan las órdenes de las autoridades, la sanción puede escalar hasta una multa tipo 4, una de las más altas contempladas en la legislación vigente.
Límites de ruido y sanciones vigentes
Según la norma, las multas por ruido pueden llegar a 16 salarios mínimos diarios legales vigentes (smdlv), lo que equivale a cerca de $759.000. Además de la sanción económica, la Policía está facultada para desactivar temporalmente la fuente del ruido si el responsable se niega a terminar la actividad.
“Si usted hace una fiesta o reunión que afecta a sus vecinos, las sanciones pueden llegar a una multa tipo 4. Además, la Policía puede apagar la música si la persona no atiende el llamado”, explicó.
El procedimiento se activa con una llamada a la línea 123. Una vez en el lugar, los uniformados realizan la medición acústica y verifican si se superan los niveles permitidos, lo que da lugar a la imposición del comparendo.
La medición se realiza en decibeles (dB) y varía según el horario. En zonas residenciales, los topes establecidos son 65 decibeles en horario diurno y 55 decibeles en horario nocturno. Si se superan estos límites y hay afectación a la convivencia, procede la sanción.
Tipos de multas
La Ley contra el Ruido clasifica las sanciones en multas tipo 1, 2, 3 y 4, que van desde 2 hasta 16 smdlv. En casos de ruido generado por fiestas y negativa a bajar el volumen, la sanción aplicable es la multa tipo 4.
Con estas medidas, las autoridades buscan reducir la contaminación acústica y promover una convivencia más respetuosa, especialmente en zonas residenciales, donde el ruido continúa siendo una de las principales causas de llamados a la Policía.