Cuando un vehículo está en buen estado, los únicos sonidos habituales deberían ser el motor, los neumáticos y el viento. Por eso, escuchar ruido al girar el timón suele encender alarmas entre los conductores, especialmente cuando estos ruidos se repiten, aumentan o aparecen de forma inesperada. Aunque muchas personas lo pasan por alto, cada ruido en la dirección es una pista de que algo no está funcionando de manera correcta y que podría afectar la seguridad del vehículo.
Niveles bajos de líquido de dirección asistida: una causa frecuente
Uno de los motivos más comunes del ruido al girar el timón es el bajo nivel de líquido hidráulico. Según la Real Automóvil Club de España (RACE), cuando el sistema trabaja con poca lubricación, se genera un chirrido porque la bomba mezcla aire y fluido, lo que provoca fricción innecesaria. Este ruido en la dirección también puede intensificarse al estacionar o en giros cerrados. Mantener este líquido en buen estado ayuda a proteger los componentes internos y mejora la seguridad en la conducción.
Para revisarlo, el motor debe estar frío y el carro apagado. Al abrir el depósito, será posible ver si falta líquido y rellenarlo con el recomendado por el fabricante. Esta sencilla acción ayuda a prolongar la vida del sistema y a evitar averías mayores.

Rótulas y suspensión desgastadas: golpes y crujidos al girar
Un golpeteo al girar el timón suele indicar desgaste en las rótulas o en algún brazo de la suspensión. Estas piezas, sometidas a esfuerzo constante, pierden firmeza con el tiempo y producen un sonido metálico cuando las ruedas cambian de posición. Si la holgura es muy marcada, el carro puede volverse inestable, afectando la seguridad del vehículo.
Lo más adecuado es que un taller revise la suspensión y confirme si es necesario cambiar las piezas. Aunque pueda parecer una molestia menor, estas fallas pueden comprometer la maniobrabilidad del carro.
Copelas, rodamientos y ruidos suaves difíciles de detectar
A veces el ruido al girar el volante es más leve, como un crujido suave. Esto puede deberse a copelas o rodamientos en mal estado, que están ubicados en la parte superior del amortiguador. Aunque estos sonidos provienen de la suspensión, viajan por la columna de dirección y se sienten en el timón. Ignorar estos síntomas puede empeorar el desgaste y afectar la amortiguación del carro en terrenos irregulares.
Cables internos y conexiones eléctricas mal ubicadas
El timón alberga cables esenciales para el airbag y otros sensores. Si alguno se mueve de su lugar, se produce un ruido interno al girar el timón. Además del sonido, puede encenderse la luz del airbag. Este tipo de fallas eléctricas requiere diagnóstico profesional, pues compromete sistemas de seguridad del vehículo.

Neumáticos desalineados y correa desgastada: problemas adicionales
Un ruido en el timón también puede surgir por neumáticos desalineados, mal equilibrados o por una correa de dirección asistida desgastada. Aunque a veces el sonido es apenas perceptible, ignorarlo puede afectar el desgaste del caucho y aumentar el consumo de combustible.
Recomendaciones para mejorar y prevenir los ruidos
Para mejorar los ruidos al girar el timón, lo recomendable es:
- Revisar el nivel del líquido de dirección cada cierto tiempo.
- No forzar el giro hasta el tope de la cremallera.
- Atender cualquier crujido o golpeteo desde los primeros síntomas.
- Acudir a un taller ante ruidos persistentes, pues pueden ocultar fallas en suspensión, dirección o electricidad.
Estas acciones no solo mejoran la conducción, sino que prolongan la vida útil del carro y protegen la vida de las personas que usan el vehículo.