El profesor Abby Loeb, director del Instituto de Teoría y Computación de la Universidad de Harvard, explicó en entrevista con La FM que un objeto identificado como 3I / ’Atlas ha mostrado un comportamiento inusual, al moverse “sin la ayuda del sol”.
Según dijo, podría tratarse de una anomalía que aún no se puede clasificar y cuya naturaleza será más clara cuando se acerque a la Tierra el 19 de diciembre.
¿Qué caracteriza el comportamiento de este objeto?
Loeb señaló que el cuerpo presenta un patrón de movimiento diferente al de los cometas conocidos. “En las últimas semanas detectamos más de siete chorros que salían de él después de pasar cerca del sol”.
Agregó que, si se tratara de un cometa, “esos chorros debieron haber expulsado cerca de cinco mil millones de toneladas de material”. Por esa razón, dijo, “el objeto podría haberse destruido cuando se acercó al sol el 29 de octubre”.
El científico explicó que la duda principal radica en su composición. “La pregunta fundamental es si se trata de una roca o de una nave espacial, y no es fácil saber la diferencia a menos que se obtenga una imagen de alta resolución o se observe alguna maniobra o propulsión”.
¿Existe riesgo de impacto con la Tierra?
Sobre un posible riesgo para el planeta, Loeb afirmó: “No parece que sea así. En este momento se está alejando del sol y no parece maniobrar hacia la Tierra”. Sin embargo, advirtió que, si el objeto fuera tecnológico, “podría haber liberado sondas más pequeñas que, en principio, podrían alcanzar planetas como la Tierra”. En ese sentido, recomendó “vigilar el cielo sobre la Tierra” y también los orbitadores que están alrededor de Marte, para verificar si hay señales de otros cuerpos desprendidos.
El investigador insistió en que aún no hay evidencia de una amenaza directa. “Por ahora no hay indicios de que el objeto vaya a chocar con nuestro planeta”, pero recordó que su acercamiento en diciembre permitirá obtener más información.
¿Podría tratarse de una tecnología extraterrestre?
El profesor de Harvard no descartó que se trate de una creación tecnológica. “Existe la posibilidad de que sea un objeto tecnológico”, señaló, aunque aclaró que no se puede confirmar sin observaciones más detalladas. Si ese fuera el caso, añadió, “ellos habrían llegado a nuestro vecindario antes de que nosotros llegáramos al suyo, lo que significa que tienen más de un siglo de ventaja en ciencia y tecnología”.
Para Loeb, la magnitud del objeto es una de las claves de su singularidad. “El cohete más grande que hemos construido mide menos de 100 metros, y este objeto tiene al menos cinco kilómetros de tamaño, tal vez más. Es del tamaño de una gran ciudad, y no tenemos la tecnología para propulsar algo así”.
Consultado sobre posibles señales, el científico indicó que “por ahora no hemos detectado nada”, aunque mencionó una coincidencia con “una señal de radio registrada en 1977, conocida como la señal WOW, que provino aproximadamente de la misma dirección desde la que llegó el 3I / ’Atlas al sistema solar”. No obstante, aclaró que “no se sabe si ambas están relacionadas”.
Finalmente, Loeb subrayó que la observación directa será decisiva. “No es fácil distinguir entre una roca y una nave sin una imagen de alta resolución o sin ver una maniobra del objeto”, afirmó. Concluyó diciendo que “la naturaleza puede ser mucho más imaginativa de lo que suponemos”, e invitó a seguir atentos a los resultados que se obtengan en las próximas semanas.