El cometa interestelar 3I/ATLAS se ha convertido en un objeto central para la investigación científica global. Se trata del tercer objeto proveniente de fuera del sistema solar identificado hasta ahora y el primero observado de forma coordinada por múltiples misiones espaciales. Su paso ofrece datos sobre la composición de otros sistemas estelares y permite contrastarlos con los cuerpos conocidos del entorno solar.
Desde su descubrimiento el 1 de julio de 2025, la NASA activó una campaña de observación que involucra doce misiones espaciales. Telescopios y naves distribuidos en distintos puntos del sistema solar han registrado imágenes y mediciones que permiten analizar su trayectoria, velocidad y estructura. Esta estrategia busca aprovechar la posición privilegiada de cada instrumento para obtener información complementaria.
NASA y la observación sin precedentes

La NASA ha coordinado observaciones desde Marte, desde órbitas solares y desde misiones en tránsito hacia asteroides. El 3 de octubre, el 3I/ATLAS pasó a 30,6 millones de kilómetros de Marte. En ese momento fue observado por el Orbitador de Reconocimiento de Marte, la misión MAVEN y el rover Perseverance. Estas observaciones aportan datos sobre la composición del cometa, incluidos registros en ultravioleta.
Las misiones heliofísicas también cumplieron un papel clave. Instrumentos como STEREO, SOHO y PUNCH lograron seguir al cometa cuando pasó detrás del Sol, una región inaccesible para telescopios terrestres. Es la primera vez que estas misiones observan de manera deliberada un objeto de origen interestelar.
El papel de ATLAS, Hubble y Webb

El telescopio ATLAS, financiado por la NASA y ubicado en Chile, fue el primero en reportar el hallazgo del cometa. Posteriormente, el telescopio espacial Hubble captó imágenes que muestran una coma activa y permitieron estimar el tamaño de su núcleo. El James Webb y la misión SPHEREx también registraron observaciones durante agosto de 2025, ampliando el análisis espectral del objeto.
Los datos recopilados indican que el diámetro del núcleo de 3I/ATLAS se encuentra entre 440 metros y 5,6 kilómetros. Su trayectoria hiperbólica confirma que no está ligado gravitacionalmente al Sol y que continuará su viaje hacia el espacio interestelar.
19 de diciembre, una fecha clave

El 19 de diciembre de 2025, 3I/ATLAS alcanzará su punto de mayor cercanía a la Tierra, a unos 274 millones de kilómetros. Aunque no representa riesgo alguno, esta fecha es relevante porque marca el momento óptimo para combinar observaciones desde la Tierra y desde el espacio. La información obtenida permitirá afinar modelos sobre objetos interestelares y su comportamiento.
Tras este acercamiento, el cometa continuará su recorrido y cruzará la órbita de Júpiter en la primavera boreal de 2026. Luego abandonará definitivamente el sistema solar.
Un visitante interestelar
Los científicos han determinado que 3I/ATLAS se formó en otro sistema estelar y fue expulsado al espacio interestelar hace millones de años. Su velocidad, que superó los 246.000 kilómetros por hora en su paso cercano al Sol, y su actividad cometaria confirman su naturaleza. Este evento refuerza el estudio comparativo entre sistemas planetarios y amplía el conocimiento sobre materiales que se forman más allá del entorno solar.