Alimentos que ayudarían a prevenir el cáncer de colon, según la Houston Methodist
Mantener un peso saludable y elegir alimentos frescos son pasos esenciales para prevenir cáncer de colon.

El cáncer de colon se ha convertido en una de las principales causas de muerte por cáncer. Según datos de MedlinePlus, este tipo de cáncer comienza en el intestino grueso o en el recto y, en muchos casos, se origina a partir de pólipos benignos que pueden transformarse con el tiempo. La detección temprana mediante colonoscopias sigue siendo la herramienta más eficaz para identificar lesiones precancerosas.
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Los especialistas advierten que el riesgo aumenta en personas mayores de 45 años, con obesidad, fumadores, consumidores frecuentes de alcohol, así como en quienes mantienen dietas altas en carnes procesadas o bajas en fibra.
La nutrición como factor de prevención
El Hospital Metodista de Houston resalta que la alimentación cumple un papel decisivo en la prevención del cáncer de colon. Una dieta equilibrada no solo mejora la salud intestinal, sino que también ayuda a controlar la inflamación y el peso corporal, dos factores vinculados al desarrollo de este tipo de cáncer.
De acuerdo con la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), la obesidad aumenta en un 30 % las probabilidades de presentar cáncer colorrectal. El Dr. Anaum Maqsood, oncólogo gastrointestinal de Houston Methodist, recomienda mantener un índice de masa corporal (IMC) entre 18,5 y 24. Incluso una reducción del 10 % al 15 % del exceso de peso disminuye el riesgo.

Dieta mediterránea y prevención del cáncer de colon
El Dr. Maqsood señala que la dieta mediterránea es la más recomendada para quienes buscan reducir el riesgo de cáncer colorrectal. Este patrón alimentario se centra en alimentos de origen vegetal, grasas saludables y un consumo limitado de carnes rojas, dulces y cereales refinados.
La Sociedad Americana del Cáncer enfatiza que no existe un alimento único que prevenga la enfermedad. Lo fundamental es mantener un patrón alimenticio balanceado, rico en nutrientes, fibra y antioxidantes.
Alimentos que se deben priorizar
Los especialistas destacan los siguientes grupos de alimentos como aliados en la prevención:
- Granos integrales y legumbres: como avena, quinua, lentejas y fríjoles, que aportan fibra y protegen contra el cáncer colorrectal.
- Lácteos: estudios del Instituto Americano para la Investigación del Cáncer muestran que su consumo puede disminuir el riesgo de cáncer de colon.
- Frutas y verduras: aportan vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. Se recomienda consumirlas enteras antes que en jugos procesados.
- Proteínas magras: pollo, pescado y alternativas vegetales como garbanzos, tofu y quinua.
- Agua: reemplazar bebidas azucaradas por agua es clave para la hidratación y el control del peso.
- Grasas saludables: presentes en aguacates, semillas, frutos secos y aceite de oliva, con efectos antioxidantes y antiinflamatorios.
La recomendación general es optar por alimentos frescos y minimizar el consumo de productos procesados.

Alimentos y hábitos que deben reducirse
Aunque ningún alimento está completamente prohibido, los médicos aconsejan moderar o evitar:
- Carne roja: no superar los 500 gramos semanales.
- Carnes procesadas: como fiambres, embutidos y tocino, clasificadas por la CIAC como cancerígenas.
- Azúcares añadidos y bebidas azucaradas: asociados con el aumento de grasa corporal.
- Alcohol: cuyo consumo debe limitarse a una bebida al día.
- Tabaco: sus químicos son cancerígenos y pueden provocar alteraciones genéticas en las células.
Ejercicio y peso saludable como medidas de protección
Además de la dieta, la actividad física es un componente esencial en la prevención. El Dr. Maqsood asegura que tanto en el cáncer de colon como en el de mama, mantener un peso adecuado y realizar al menos 30 minutos de ejercicio cinco veces por semana reduce significativamente el riesgo.
No se trata de entrenamientos de alto impacto. Caminar, montar bicicleta, practicar jardinería o usar las escaleras en lugar del ascensor son acciones suficientes para contribuir al bienestar. Lo importante es adoptar una rutina sostenible a largo plazo.
La detección temprana sigue siendo clave
Aunque una alimentación balanceada y el ejercicio reducen las probabilidades de desarrollar la enfermedad, no sustituyen las pruebas de detección. Las colonoscopias continúan siendo indispensables para identificar pólipos a tiempo.
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Los especialistas recomiendan consultar al médico sobre la frecuencia adecuada de estas pruebas, especialmente si existen antecedentes familiares o factores de riesgo. Reconocer cambios en el organismo y actuar de manera preventiva aumenta las posibilidades de un tratamiento exitoso.