Afilar tijeras, afilar la vida: propósito forjado con filo
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Detrás de muchas empresas reconocidas no siempre hay una historia lineal de éxitos. Algunas nacen entre lágrimas, tropiezos y oportunidades disfrazadas de crisis. La vida de Juan Diego Restrepo Agudelo, fundador de Líneas Hospitalarias en Bucaramanga, es una de esas historias que no solo inspiran, sino que reconcilian con la vida misma. Un hombre marcado por la educación empírica, los afectos familiares, los fracasos financieros y una resiliencia a toda prueba, encontró en lo simple —como afilar tijeras— una herramienta para reconstruirse y volver a empezar. Esta es una historia de emprendimiento, sí, pero sobre todo, de propósito.
Corría una de las épocas más duras para Juan Diego Restrepo. Tras una serie de emprendimientos fallidos, una fábrica vacía, deudas acumuladas y el cierre de contratos importantes con Ecopetrol, todo parecía indicar que había llegado al final del camino. Pero fue precisamente allí, en medio del colapso, donde apareció lo inesperado: una pequeña máquina para afilar tijeras, enviada por un amigo desde Estados Unidos. “Vaya y trabaje, y cuando pueda me la paga”, le dijo. Esa frase, simple pero poderosa, marcaría un punto de inflexión en su vida.
Sin saberlo aún, esa máquina sería el motor de su renacer. A los 30 años volvió a estudiar —esta vez mecánica industrial— y con humildad se convirtió en el mejor afilador de tijeras del país. Recorrió clínicas, hospitales, quirófanos. A pie, en bus, con su maleta y su máquina a cuestas. “Me convertí en una especie de señora del tinto”, cuenta entre risas. Solo que en lugar de café, ofrecía precisión, técnica y la posibilidad de devolverle filo a los instrumentos de la medicina. Y con eso, un poco de vida a la suya.

Fue así como, tijera a tijera, logró abrir puertas. Su reputación creció tanto, que médicos de toda Colombia lo recomendaban. No solo afilaba, reparaba. No solo reparaba, generaba confianza. Su oficio le permitió volver a los hospitales como proveedor y, eventualmente, construir desde cero la empresa que hoy lidera en dispositivos médicos y ortopedia: Líneas Hospitalarias.
A veces, los caminos menos pensados son los que realmente construyen una historia con sentido. Para Juan Diego, afilar tijeras fue más que un oficio: fue una metáfora de vida. Un símbolo de que todo lo que parece roto o sin filo puede recobrar su propósito... si se pone en manos correctas.