El presidente Gustavo Petro rechazó las acusaciones según las cuales funcionarios de su Gobierno o personas cercanas a su familia habrían recibido comisiones en el proceso de compra de los aviones de combate Gripen a la firma sueca Saab.
Durante su alocución de este miércoles, el mandatario calificó estas críticas como “una tropelía completa” y aseguró que la negociación, que tomó tres años, se adelantó bajo estrictos estándares de transparencia tanto por parte de Colombia como del Estado sueco.
“Decir que recibimos comisiones es una tropelía completa. Hace unos días apenas se firmó el contrato, después de tres años de negociaciones minuciosas”, señaló.
Según el mandatario, parte de las críticas provienen de comparaciones equivocadas sobre el costo real del paquete adquirido. El presidente explicó que no se trata únicamente de la compra de aeronaves, sino de un conjunto mucho más amplio de capacidades militares y logísticas.
“Aquí estamos hablando de una compra de aviones adicionado con una compra de armamento para los aviones, adicionado con el mantenimiento y el apoyo logístico de los aviones, adicionado con el entrenamiento”, señaló.
Además, indicó que el contrato contempla un paquete de compensaciones industriales y sociales, entre ellos, inversión en “el Hospital San Juan de Dios, la fabricación de paneles solares en el Caribe y agua potable para La Guajira”.
De acuerdo con el jefe de Estado, el precio final de cada avió es cercano a los 215 millones de dólares, cifra que solo puede entenderse al considerar la totalidad del paquete. Por eso cuestionó a quienes comparan la negociación con el costo de aeronaves “peladas”.
Petro también aseguró que, para garantizar la transparencia de la compra, pidió al Estado sueco denunciar a cualquier persona que solicitara comisiones por este negocio.
“Le pedí al Estado sueco, que tiene una alta calidad en transparencia, que cualquier funcionario que se acercara a pedir comisiones fuera denunciado a mí mismo porque no aceptaba un solo euro de negociación, con una necesidad que tiene Colombia, que es reemplazar su flota de Kfir, que tiene 50 años y está a punto de quedarse en tierra”, concluyó.