La Primera Sala del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil formó mayoría este viernes para rechazar las apelaciones presentadas por el expresidente Jair Bolsonaro (PL) y otros seis exfuncionarios condenados por el complot golpista que buscó impedir la toma de posesión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en enero de 2023.
El ministro Alexandre de Moraes, relator del caso, votó en contra de las solicitudes de aclaración de los acusados y fue respaldado por los magistrados Flávio Dino y Cristiano Zanin. Aún se espera el voto de la jueza Cármen Lúcia, pero la mayoría está consolidada. El juicio se realiza en sesión plenaria virtual y se extenderá hasta el 14 de noviembre.
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Las apelaciones presentadas por las defensas buscaban revisar las penas y cuestionar los fundamentos de la condena, argumentando que existían “omisiones y contradicciones” en la sentencia. Sin embargo, Moraes fue tajante: “No se trata de dudas procesales, sino de un mero desacuerdo con el resultado del juicio”.
En el caso de Jair Bolsonaro, el magistrado reafirmó que su responsabilidad quedó plenamente demostrada. Según Moraes, el exmandatario “desempeñó el papel de líder de una organización criminal estructurada para lograr el objetivo de un golpe de Estado y una ruptura constitucional, manteniéndose él en el poder”.
El relator también desestimó el argumento de la defensa sobre la “retirada voluntaria”, es decir, que Bolsonaro habría abandonado la ejecución del delito antes de su consumación. “Tal argumento fue analizado y rechazado debido a la evidente conducta delictiva en la consumación de los hechos imputados”, escribió Moraes.
Además de Bolsonaro, las apelaciones fueron rechazadas para Anderson Torres (exministro de Justicia), Augusto Heleno (exjefe de Seguridad Institucional), Paulo Sérgio Nogueira (exministro de Defensa), Walter Braga Netto (exjefe de Estado Mayor y Defensa), Almir Garnier Santos (excomandante de la Armada) y Alexandre Ramagem (diputado y exdirector de la Agencia Brasileña de Inteligencia).
El único de los ocho condenados que no apeló fue el teniente coronel Mauro Cid, exayudante de Bolsonaro, quien aceptó un acuerdo de culpabilidad y cumple una condena de dos años en régimen abierto.
En septiembre, la Primera Sala del STF condenó por mayoría (4 a 1) a los ocho acusados. El único voto disidente fue el del ministro Luiz Fux, quien abogó por condenar solo a Braga Netto y Cid, y únicamente por el delito de abolición violenta del Estado democrático. Sin embargo, Fux ya no participa en las apelaciones, tras su traslado a la Segunda Sala en reemplazo del retirado ministro Luís Roberto Barroso.
Esto deja temporalmente a la Primera Sala con solo cuatro miembros, a la espera de que Lula designe un nuevo magistrado.
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Qué sigue para Bolsonaro
El expresidente, que actualmente permanece bajo arresto domiciliario por otro proceso —vinculado a presuntas presiones de su hijo Eduardo Bolsonaro sobre el sistema judicial—, aún no comenzará a cumplir la condena derivada del caso del complot golpista.
El procedimiento habitual del STF permite que los acusados presenten una segunda solicitud de aclaración antes de que la sentencia quede firme. Solo tras esa instancia, Moraes podrá determinar el régimen de cumplimiento, que podría ser domiciliario, en una unidad militar o en una instalación de la Policía Federal.
La defensa de Bolsonaro ha insinuado que solicitará mantener el arresto domiciliario, alegando “problemas de salud recurrentes” del exmandatario.
En su voto, Alexandre de Moraes subrayó que no existe omisión alguna en el cálculo de la pena base de Bolsonaro, detallando que la condena “expone expresamente las circunstancias judiciales desfavorables” del exmandatario.