El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se reunirá este lunes por la noche con el presidente estadounidense Donald Trump en el resort Mar-a-Lago, en Florida, en un contexto de creciente preocupación internacional por una posible escalada militar israelí que podría profundizar aún más la inestabilidad en Medio Oriente.
Netanyahu partió de Israel el domingo para lo que será su quinta visita a Estados Unidos para reunirse con Trump en lo que va del año, un dato que subraya la estrecha relación política entre ambos líderes en un momento especialmente delicado para la región.
Uno de los puntos centrales de la agenda será el frágil alto el fuego en Gaza, que en octubre puso fin a una devastadora guerra de dos años. Aunque los términos de la primera fase se han cumplido en gran medida, con la retirada parcial de las fuerzas israelíes y la liberación por parte de Hamás de todos los rehenes vivos y de todos los fallecidos salvo uno, la implementación de la segunda fase del plan de 20 puntos promovido por Trump enfrenta enormes obstáculos.
También existe temor a que Israel lance nuevas ofensivas, ya sea contra Hezbolá en Líbano, rompiendo un alto el fuego vigente desde hace más de un año, o contra Irán, al que Tel Aviv acusa de acelerar la producción de misiles balísticos en los últimos meses.
Incertidumbre por las próximas fases en Gaza
Gershon Baskin, codirector de la comisión de consolidación de la paz de la Alianza para Dos Estados y participante en negociaciones secretas con Hamás, calificó el momento del viaje de Netanyahu como “muy significativo” para el futuro de Gaza. “La fase 1 básicamente ha terminado, todavía queda un rehén israelí fallecido que [Hamás] está teniendo dificultades para encontrar”, afirmó.
Ambas partes se acusan mutuamente de violar el alto el fuego. Hamás no se ha comprometido explícitamente con el desarme y ha logrado restablecer su control en amplias zonas de Gaza, donde se concentra casi toda la población. Israel, por su parte, se muestra reacio a retirarse del 53% del territorio que controla actualmente y a permitir el ingreso irrestricto de ayuda humanitaria.
“La fase 2 tiene que comenzar (…) y creo que los estadounidenses se dan cuenta de que es tarde porque Hamás ha tenido demasiado tiempo para restablecer su presencia y esta ciertamente no es una situación que los estadounidenses quieran dejar así”, dijo Baskin.
El impacto humano del conflicto sigue siendo devastador. Más de 70.000 palestinos, en su mayoría civiles, murieron durante la guerra, y casi la totalidad de los 2,3 millones de habitantes de Gaza fueron desplazados. Desde el alto el fuego de octubre, alrededor de 400 palestinos han muerto, mientras decenas de miles continúan viviendo en condiciones extremas.
En las últimas semanas, las lluvias intensas y las bajas temperaturas han agravado la crisis humanitaria en Gaza, donde gran parte de las viviendas y la infraestructura fueron destruidas o severamente dañadas.
La guerra comenzó con un ataque sorpresa de Hamás en el sur de Israel en 2023, que dejó 1.200 muertos, en su mayoría civiles, y 250 personas secuestradas.
Funcionarios del Gobierno Trump, cada vez más frustrados
Según las próximas etapas del plan impulsado por Trump, una autoridad interina integrada por tecnócratas palestinos no alineados sustituiría a Hamás en el gobierno del territorio, junto con el despliegue de una fuerza internacional de estabilización de miles de soldados. Funcionarios estadounidenses han sugerido que la composición de esta nueva autoridad podría anunciarse en enero.
El viernes, el medio estadounidense Axios informó que altos funcionarios de la administración Trump están cada vez más frustrados, al considerar que Netanyahu ha tomado medidas para socavar el frágil alto el fuego y estancar el proceso de paz.
“Hay cada vez más señales de que la administración estadounidense está frustrada con Netanyahu”, señaló Yossi Mekelberg, experto en Medio Oriente del centro de estudios Chatham House, con sede en Londres. “La pregunta es qué va a hacer al respecto, porque por ahora la fase 2 no avanza”, añadió.
Para Netanyahu, una prioridad clave será persuadir a Trump de permitir que Israel actúe contra Irán, con el objetivo de impedir que Teherán repare los daños sufridos por su programa nuclear durante la breve guerra de este verano o amplíe sus capacidades de misiles balísticos.
El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, declaró el sábado que su país se encuentra en “una guerra a gran escala” con Estados Unidos, Israel y Europa, y afirmó que el conflicto es “más complejo y difícil” que la guerra entre Irán e Irak, que dejó más de un millón de muertos.
En Mar-a-Lago también se abordarán los estancados esfuerzos para un acuerdo de seguridad entre Israel y Siria, así como la exigencia israelí de acciones más eficaces para desarmar a Hezbolá, en línea con el alto el fuego alcanzado en Líbano en 2024.
Netanyahu enfrenta elecciones dentro de 10 meses, un factor que influye directamente en su agenda política. “Todo está ligado a su permanencia en el poder”, sostuvo Mekelberg.
Las encuestas indican que la actual coalición gobernante tendría dificultades para mantenerse si las elecciones se celebraran hoy, con un electorado molesto por los fallos que precedieron al ataque de Hamás en 2023, la continuidad de la exención del servicio militar obligatorio para la mayoría de los hombres judíos ultraortodoxos y diversos escándalos políticos.
Los analistas coinciden en que una relación estrecha con Trump refuerza el atractivo electoral de Netanyahu, tanto entre su base como entre votantes indecisos, lo que hace poco probable cualquier desacuerdo público entre ambos líderes.
Durante el encuentro, se espera que Netanyahu insista en la necesidad de que Israel mantenga una ventaja tecnológica militar sobre sus rivales regionales, especialmente tras la inquietud generada en Tel Aviv por la declaración de Trump de que permitiría la venta de aviones de combate F-35 a Arabia Saudita, un país que el presidente estadounidense describió como un “gran aliado”, pese a que estos cazas fueron clave en los recientes éxitos militares de Israel contra Irán.