El epicentro se ubicó a 10 kilómetros de profundidad y a 144 kilómetros al sur de la ciudad japonesa de Makurazaki.
El sismo tuvo lugar a las 5:51, hora local del sábado y no ha habido alerta de tsunami.
Japón se asienta sobre el llamado anillo de fuego, una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y sufre temblores con relativa frecuencia, por lo que las infraestructuras están especialmente diseñadas para aguantar los sismos.