El Senado de Estados Unidos se prepara este jueves para una votación crucial sobre un proyecto de ley bipartidista que busca impedir al presidente Donald Trump emprender acciones militares no autorizadas contra Venezuela, en medio del prolongado cierre del Gobierno federal y de una creciente escalada militar en el Caribe y el Pacífico.
La iniciativa, presentada por los demócratas Tim Kaine y Adam Schiff, junto con el senador republicano independiente Rand Paul, bloquearía el uso de las fuerzas armadas estadounidenses en operaciones dentro o contra territorio venezolano a menos que exista una autorización explícita del Congreso.
“El Gobierno de Trump está preparando el terreno para una posible acción militar en Venezuela. Mañana, con apoyo bipartidista, impulsaremos una votación para bloquear este uso no autorizado de la fuerza militar. El Congreso debe ejercer su autoridad para impedir que Estados Unidos se vea arrastrado a una nueva guerra”, escribió Schiff en la red X, subrayando la urgencia de la medida.
La propuesta llega en un contexto de máxima tensión en la región, luego de que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, confirmara el martes un nuevo ataque estadounidense contra un barco presuntamente vinculado al narcotráfico en el Pacífico oriental, en el que murieron dos personas. Según datos del propio Pentágono, al menos 66 personas han muerto en 16 ataques desde que comenzó la campaña antinarcóticos de la administración Trump en aguas sudamericanas.
Además, fuentes del Departamento de Defensa informaron que un portaaviones estadounidense se dirige hacia la región, lo que amplía la presencia militar de Washington en el hemisferio sur y alimenta temores sobre una posible intervención más amplia.
Una votación similar para restringir el uso de la fuerza militar en Venezuela fracasó en el Congreso el mes pasado, pero los legisladores esperan que esta vez el creciente apoyo bipartidista refleje una mayor resistencia a las maniobras unilaterales del presidente Trump.
El debate coincide con el cierre de Gobierno más prolongado de la historia de Estados Unidos, que ya está afectando el funcionamiento de agencias clave, como la Administración Federal de Aviación (FAA) y la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA). En ese escenario, Trump ha intensificado sus ataques verbales contra líderes demócratas y medios de comunicación, mientras continúa defendiendo su estrategia de presión militar como un “mensaje de fuerza contra los regímenes criminales del hemisferio”.
“El Congreso debe recuperar su autoridad constitucional sobre el uso de la fuerza”, dijo el senador Kaine, quien insistió en que cualquier decisión sobre una intervención “debe pasar por la aprobación del pueblo estadounidense, no por la orden de un solo hombre”.