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Sánchez dice que su Gobierno ha sido el más transparente en la historia de España y se niega a dimitir

El más reciente escándalo señala de corrupción al tercero de su partido, quien está pagando cárcel

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Miércoles, Julio 9, 2025 - 11:30
Pedro Sánchez y Begoña Gómez
Pedro Sánchez y Begoña Gómez
AFP

En medio de uno de los momentos más delicados de su mandato, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció este miércoles ante el Pleno del Congreso con un mensaje central: “No tiraré la toalla”. La intervención, marcada por el escándalo de corrupción que afecta directamente a su partido y a figuras de su círculo cercano, buscó revalidar la confianza de la Cámara y presentar una hoja de ruta para hacer frente a la crisis institucional que sacude al Ejecutivo. Una y otra vez repitió que era "el mejor presidente de la era democrática junto con José Luis Zapatero". 

“Vengo a proponer medidas para que algo así no vuelva a suceder (...) Yo soy un político limpio que lidera un partido ejemplar”, proclamó Sánchez en el inicio de su discurso. A lo largo de más de una hora, el presidente asumió errores, pidió perdón y prometió reformas. Reconoció que su confianza mal depositada en Santos Cerdán y José Luis Ábalos, ambos ex secretarios de Organización del PSOE, fue un error grave, especialmente en el caso de Cerdán, ahora en prisión. “Es evidente que me equivoqué”, admitió al referirse a la falta de atención a las primeras señales de alarma.

Sánchez no esquivó el impacto emocional del escándalo: “Fue un duro golpe para mí”, dijo sobre las revelaciones del informe de la UCO, antes de asegurar que llegó a plantearse abandonar la Presidencia, pero finalmente decidió continuar por sentido de responsabilidad, por sus compromisos con sus socios parlamentarios y por la necesidad de encarar el problema de raíz.

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Un plan nacional de 15 medidas contra la corrupción

El presidente anunció la creación de un Plan Nacional de Lucha contra la Corrupción, diseñado en colaboración con la OCDE, que incluye 15 medidas estructuradas en cuatro ejes:

1. Prevención y controles: incluye la creación de una agencia anticorrupción independiente, controles patrimoniales a altos cargos y el uso de inteligencia artificial en la contratación pública.


2. Protección a denunciantes: garantizar respaldo legal y protección a quienes destapen casos de corrupción.


3. Refuerzo punitivo: especialización de juzgados, refuerzo a la fiscalía, reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, endurecimiento de los delitos contra la administración y sanciones a empresas corruptoras sobre sus ingresos anuales, además de la prohibición de contratar con el Estado.


4. Cambio cultural: campañas públicas, estudios y educación cívica para erradicar la tolerancia social a la corrupción.

“En España no existe una corrupción sistémica, pero la que hay es inaceptable”, sostuvo el jefe del Ejecutivo, asegurando que su Gobierno ha hecho “mucho” pero que “es necesario hacer más”.

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Duros cruces con la oposición

El tono se elevó en la segunda mitad del debate. Sánchez respondió con firmeza a las acusaciones del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que calificó el caso Cerdán como uno de los peores de la democracia. “Estamos ante una hipérbole mendaz”, replicó el presidente, quien recordó los escándalos bajo los gobiernos de González, Aznar y Rajoy, y señaló a Aznar como responsable del que, según él, fue “el gobierno más corrupto de la democracia”.

“Usted ha medrado a base de mirar a otro lado”, acusó Sánchez a Feijóo, denunciando que el PP sigue encubriendo casos actuales como los relacionados con Ayuso, Bárcenas o el ático de González, entre otros. El presidente también censuró que en la ponencia política del PP no haya una sola línea dedicada a combatir la corrupción. “Qué descaro, qué desvergüenza y qué ley del embudo”, sentenció.

Mensaje a socios y promesa de estabilidad

Sánchez se dirigió especialmente a sus aliados parlamentarios, reiterando su compromiso con el programa de gobierno y asegurando que “queda legislatura por delante”. Respondió así a las duras críticas del PNV, que calificó la situación como “una UCI de confianza”, y envió un mensaje directo a Junts: “La amnistía no es el final de nada, sino el principio de un proceso que continuará ahondando en el reconocimiento del autogobierno de Cataluña, su identidad y su lengua”.

Pese a la presión, el presidente dejó claro que no piensa dimitir, que no habrá moción de confianza y que, si el PP no presenta una moción de censura, es porque “sabe que no la ganará o porque no tiene proyecto de país”.

Antes de concluir, se comprometió a “cumplir hasta la última coma” de lo prometido y zanjó el debate con una afirmación rotunda: “Habrá elecciones, pero serán en 2027”.

El hemiciclo respondió con gritos de “¡Dimisión, dimisión!” desde la bancada popular, pero Sánchez se mantuvo firme en su propósito de resistir. “No tiraré la toalla”, repitió.

Fuente:
Sistema Integrado de Información