El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil declaró la sentencia firme contra el expresidente Jair Bolsonaro, el diputado federal Alexandre Ramagem y el exministro de Justicia Anderson Torres, todos condenados en el proceso penal por la conspiración golpista que buscó desconocer el resultado electoral de 2022.
Con esta decisión, los tres pierden definitivamente la posibilidad de presentar nuevas apelaciones y avanzan a la fase de ejecución de sus respectivas penas.
La Secretaría de Justicia del STF adoptó la medida luego de que ninguno de los condenados presentara recurso contra la decisión colegiada que confirmó sus condenas. El plazo legal venció el lunes, sellando así la situación jurídica de los principales acusados.
Los equipos legales de Bolsonaro y Torres habían anticipado su intención de presentar “embargos infringentes”, un tipo de recurso extraordinario destinado a revisar decisiones no unánimes. Pero la interpretación vigente del STF establece que este mecanismo solo es admisible cuando existen al menos dos votos disidentes en el fallo del panel.
En este caso, tanto Bolsonaro como Ramagem y Torres contaron únicamente con un voto absolutorio, el emitido por el ministro Luiz Fux, insuficiente para habilitar esta vía recursiva.
Mientras tanto, otros involucrados en la trama golpista continúan intentando revertir aspectos del fallo. Los exministros Augusto Heleno, Paulo Sérgio Nogueira y Walter Braga Netto presentaron el lunes sus segundos embargos de declaración, recursos limitados a señalar supuestas omisiones, contradicciones o puntos oscuros en la sentencia.
A ellos se suman Braga Netto —quien responde en dos frentes— y el excomandante de la Marina Almir Garnier Santos, que también registraron mociones de aclaración.
El proceso, uno de los más complejos y sensibles en la historia reciente del STF, involucró a ocho acusados. De todos ellos, solo el teniente coronel Mauro Cid, exayudante de órdenes de Bolsonaro, no presentó recurso alguno.
Su situación es particular: recibió la pena más baja, dos años de prisión en régimen abierto, gracias a un acuerdo de culpabilidad que incluía cooperación judicial. Cid ya comenzó a cumplir la condena, lo que fue interpretado en Brasilia como una señal de alineamiento con la estrategia del STF para acelerar la ejecución de penas en el caso.
Con el reconocimiento de la cosa juzgada, el proceso entra ahora en una fase decisiva. La ejecución de la sentencia contra Bolsonaro, Ramagem y Torres deberá iniciarse en los próximos días, dependiendo de los procedimientos internos del tribunal y las comunicaciones oficiales a los jueces federales responsables de supervisar el cumplimiento de las penas.
El fallo unánime —salvo por la excepción de Fux— reafirmó la postura del tribunal de que la conspiración no fue un acto aislado, sino una operación deliberada para subvertir la democracia brasileña.