La inflación en Estados Unidos registró un incremento del 3% interanual en septiembre, según el informe publicado este viernes por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés), una cifra ligeramente superior al 2,9% reportado en agosto. En comparación mensual, los precios crecieron un 0,2%, una décima menos que el mes anterior, aunque varios rubros clave —como vivienda, tarifas aéreas, recreación, muebles para el hogar y prendas de vestir— mostraron aumentos notables.
El reporte fue difundido a pesar del cierre gubernamental que mantiene paralizadas a la mayoría de las agencias federales desde el 1 de octubre. La BLS explicó que decidió publicar el informe debido a su importancia para el ajuste del costo de vida de los beneficiarios del Seguro Social el próximo año. Originalmente, los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) estaban programados para el 15 de octubre.
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Los consumidores estadounidenses continúan enfrentando una presión sostenida por el alza de precios, mientras el mercado laboral muestra signos de estancamiento. Aunque los salarios reales alcanzaron un nuevo máximo pospandemia en el segundo trimestre, muchas familias reportan estrés financiero continuo debido al encarecimiento de los bienes básicos y los servicios.
Según la encuesta de septiembre del Conference Board, la inflación ha superado a los aranceles como la principal preocupación de los hogares estadounidenses. En la misma línea, la Universidad de Michigan informó que la confianza del consumidor cayó un 22% en octubre respecto al mismo mes del año anterior, reflejando un clima económico marcado por la incertidumbre y el pesimismo.
Aranceles, política comercial y presiones de la Casa Blanca
La política comercial del presidente Donald Trump, basada en mantener o ampliar aranceles a bienes extranjeros, sigue siendo un factor determinante en el comportamiento de los precios. Economistas del Bank of America advirtieron esta semana que “los aranceles seguirán siendo una fuente de inflación de los precios de los bienes durante los próximos trimestres”.
El cierre del gobierno —ya en su cuarta semana— ha complicado aún más la planificación fiscal y monetaria, mientras la Casa Blanca mantiene presión sobre la Reserva Federal (Fed) para reducir las tasas de interés y estimular el crecimiento económico.
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El informe de inflación llega a pocos días de la reunión de política monetaria de la Fed, prevista para el 28 de octubre, donde se espera que el banco central reduzca su tasa de referencia en 0,25 puntos porcentuales. Sin embargo, la persistencia de una inflación cercana al 3% podría limitar los recortes adicionales en 2026, según advirtieron analistas financieros.
Michael Pearce, economista jefe adjunto de Oxford Economics, explicó que el repunte moderado de septiembre “da luz verde a un recorte de tipos la próxima semana, pero dado que la inflación probablemente se mantendrá más cerca del 3% que del 2% durante la mayor parte del próximo año, las expectativas del mercado sobre recortes de tasas parecen demasiado agresivas para 2026”. Añadió que su firma prevé que la Fed “modere el ritmo de flexibilización, con tres recortes repartidos a lo largo del próximo año”.