Fuentes confirman próximas redadas migratorias en Chicago y "ciudades santuario"
Aún no se ha confirmado el envío de la Guardia Nacional para las redadas

Chicago vivió un fin de semana marcado por la tensión y la incertidumbre ante los rumores de redadas migratorias federales y la posibilidad de que la administración Trump despliegue tropas de la Guardia Nacional en la ciudad. Activistas distribuyeron volantes recordando a la comunidad inmigrante sus derechos en caso de ser abordada por agentes, mientras autoridades locales monitoreaban de cerca la situación.
El domingo, el zar fronterizo de la Casa Blanca, Tom Homan, confirmó en el medio CNN que existen planes para enviar agentes de inmigración a Chicago y otras ciudades santuario esta semana, calificándolas de “áreas problemáticas”. “Se puede esperar acción en la mayoría de las ciudades santuario de todo el país”, declaró.
El anuncio se produce tras una operación masiva en una planta de Hyundai en Georgia, donde cientos de trabajadores —en su mayoría surcoreanos— fueron detenidos, en lo que se considera la mayor redada de la administración Trump hasta la fecha. Al mismo tiempo, el Departamento de Seguridad Nacional lanzó en Massachusetts la operación “Patriot 2.0”, dirigida a la deportación de inmigrantes con antecedentes penales, responsabilizando a las políticas de la alcaldesa de Boston, Michelle Wu, por “albergar criminales extranjeros ilegales”.
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Chicago bajo la sombra de la Guardia Nacional
El presidente Donald Trump aseguró que su gobierno decidirá “en uno o dos días” qué ciudades recibirán despliegues militares adicionales. En Washington, más de 2.200 efectivos de la Guardia Nacional ya patrullan las calles, lo que desató una demanda contra la Casa Blanca por parte del fiscal general local, Brian Schwalb, quien acusó al presidente de violar la Constitución al enviar tropas sin consentimiento de las autoridades de la capital.
La administración defiende la medida argumentando que la criminalidad ha disminuido desde que se reforzó la presencia federal. Sin embargo, críticos cuestionan los costos, estimados en un millón de dólares diarios, y la efectividad del despliegue, señalando que los soldados han sido vistos tomándose fotos con turistas o realizando labores menores.
Trump también volvió a apuntar contra Baltimore, ciudad a la que describió como un “agujero infernal”, sugiriendo que podría ser el próximo destino de la Guardia Nacional. El alcalde Brandon Scott rechazó esa posibilidad, asegurando: “No necesitamos una ocupación”.
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Una ciudad en alerta
En Chicago, el ambiente festivo del Día de la Independencia de México en el barrio de Pilsen estuvo marcado por la precaución. Aunque se realizaron celebraciones con banderas y desfiles, organizadores y vecinos se mantuvieron atentos a posibles apariciones de agentes de inmigración. Muchos portaban silbatos naranjas listos para dar la alarma y suspender las actividades en caso de redada.
El gobernador del estado ya anticipó que una eventual llegada de tropas federales podría derivar en una batalla judicial, mientras que algunos eventos comunitarios, como un desfile en honor a México, fueron cancelados para evitar riesgos.
La expectativa aumenta tras las declaraciones de Trump, quien describió a Chicago como “un lugar muy peligroso” y aseguró que podría “resolver el problema muy rápidamente”, aunque sin confirmar todavía el envío de la Guardia Nacional.