Los organizadores de la Flotilla Global Sumud (GSF) denunciaron este miércoles que sus barcos fueron rodeados por drones y que se registraron explosiones en las cercanías, mientras navegaban frente a las costas de Grecia. La flota, integrada por más de 500 personas de más de 40 países —incluida la activista sueca Greta Thunberg—, partió de Barcelona a fines del mes pasado con el objetivo de romper el bloqueo marítimo a Gaza.
En un comunicado, los organizadores aseguraron que sus comunicaciones fueron “bloqueadas” y que enfrentan operaciones de intimidación: “Estamos presenciando estas operaciones psicológicas de primera mano, ahora mismo, pero no nos dejaremos intimidar”. El término árabe sumud, explicaron, significa “firmeza” o “perseverancia inquebrantable”.
Uno de los videos difundidos por la flotilla muestra una luz brillante que corta la oscuridad antes de una fuerte explosión, filmada desde el buque Spectre. En otro registro, desde el barco Alma, la periodista Yasemin Acar relató que las radios fueron interferidas con música del grupo pop ABBA: “No sabemos de dónde proviene el sonido, pero otros buques están experimentando lo mismo”.
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Thunberg, en diálogo con Reuters, afirmó que los drones sobrevuelan la flotilla todas las noches, aunque remarcó que la misión no debe desviarse de su propósito: “Esta misión se centra en Gaza, no en nosotros. Y ningún riesgo que pudiéramos correr se acerca siquiera a los riesgos que enfrentan los palestinos a diario”.
La tensión escaló al punto de motivar la intervención del ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, quien ordenó el despliegue de un barco de la marina para brindar asistencia. Ni el ejército israelí ni la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu respondieron a las consultas de los medios internacionales.
El lunes, el portavoz del Ministerio de Exteriores israelí, Oren Marmorstein, había condenado la flotilla, acusándola sin pruebas de estar “organizada por Hamás” y asegurando que “su propósito era servir a Hamás”. También advirtió que Israel no permitirá que la misión “ingrese a una zona de combate activo” ni que viole “un bloqueo naval legal”.
GSF rechaza esas acusaciones y sostiene que el bloqueo israelí es ilegal bajo el derecho internacional. A comienzos de septiembre, la flotilla ya había denunciado un ataque con drones mientras dos de sus barcos estaban en Túnez, aunque el Ministerio del Interior tunecino negó que hubiera ocurrido un impacto y atribuyó el episodio a un incendio a bordo.
El nuevo incidente ocurre en un contexto de intensificación de la ofensiva israelí en Gaza, donde en los últimos días se han reportado decenas de muertes y desplazamientos masivos. Según el Ministerio de Salud palestino, más de 65.000 personas han muerto desde el inicio de la operación militar israelí tras los ataques de Hamás en 2023, entre ellas miles de niños.
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En paralelo, crecen las voces críticas desde el exterior. El enviado especial de Estados Unidos a Siria y embajador en Turquía, Tom Barrack, acusó esta semana a Israel de “atacar a todo el mundo”, mencionando a Siria, Líbano y Túnez como escenarios de operaciones. “Para los palestinos, para los israelíes, para los jordanos, para los libaneses, para los sirios, para los turcos... es un desastre”, dijo al diario The National.
A pesar de las condenas y la incertidumbre, la GSF reafirmó que su objetivo sigue siendo claro: entregar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza y denunciar un bloqueo que consideran ilegal y devastador para la población civil.