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'El Amparo', la historia de una masacre impune en Venezuela

Esta película narra la historia de los sobrevivientes de una masacre efectuada por el Ejército de Venezuela, un suceso sumamente trágico.

Actualizado:
Jueves, Noviembre 28, 2019 - 11:33
Escena de la película 'El Amparo' que narra la historia de los sobrevivientes de una masacre efectuada por el Ejército de Venezuela.
Atrezzo Comunicaciones y Tumbarrancho Films - HANDOUT AGENCIA ANADOLU
Escena de la película 'El Amparo' que narra la historia de los sobrevivientes de una masacre efectuada por el Ejército de Venezuela.

El pasado 29 de octubre se cumplieron 31 años de la Masacre del Amparo, uno de los sucesos más trágicos de la historia de Venezuela. Catorce pescadores fueron asesinados a sangre fría por integrantes del Comando Específico José Antonio Páez (CEJAP), un escuadrón que había sido creado para luchar contra las guerrillas colombianas que se movían en la frontera.

Este hecho inspiró la obra de teatro ‘29-10-88’, un montaje escénico realizado por la agrupación teatral y cinematográfica Tumbarrancho. Más tarde, el grupo decidió adaptar al cine esta obra teatral que narra el drama de los dos sobrevivientes justo después de la masacre. El resultado de este trabajo fue la película ‘El Amparo’, dirigida por Rober Calzadilla, que llega por primera vez a las salas de cine colombianas.

[Rober] cuenta que estaba muy pequeño cuando apareció el caso de El Amparo por televisión. Esa noticia fue algo que lo marcó mucho”, cuenta el actor Vicente Peña a nombre del director, quien atraviesa una situación delicada de salud y está completamente disfónico luego de que le diagnosticaran cáncer de pulmón. No vino a Colombia para el estreno de su película, pues se mudó a España gracias a la ayuda de amigos que donaron dinero para que pudiera recibir un mejor tratamiento médico.

Rober trabajó como camarógrafo de una ONG de Derechos Humanos donde hizo una entrevista para un reportaje publicado en 2008 a los dos sobrevivientes de la masacre. “Al conocerlos me conecte inmediatamente con sus historias, motivado por ese encuentro, converse con mi amiga, la dramaturga Karin Valecillos y a partir de ese momento surgió la idea de hacer ‘29.10.88’, obra de teatro en la que actúe. Al estrenarla nos dimos cuenta que teníamos una película por hacer: el argumento tenía sentido, había algo importante que contar”, recuerda el director en una declaración escrita.

La Masacre de El Amparo

En la mañana del 29 de octubre de 1988, 16 pescadores que vivían en El Amparo, la localidad fronteriza del municipio Páez, del estado Apure de Venezuela, decidieron zarpar en una lancha llamada Cabra Pichona para pescar coporos y cocinar más tarde un sancocho de pescado. Según cuentan los únicos testigos que sobrevivieron al hecho, cuando llegaban al lugar conocido como caño La Colorada, y justo antes de apagar el motor, el Ejército les disparó.

Por la tarde, el gobierno del entonces presidente de Venezuela Jaime Lusinchi avaló el informe oficial del comandante de la CEJAP, Óscar Camejo, que aseguraba que las 14 personas dadas de baja eran guerrilleros abatidos en combate. No obstante, dos pescadores sobrevivieron: José Augusto Arias, o ‘Chumba’ como lo llaman sus amigos, y Wolmer Pinilla, y desmintieron la versión oficial denunciando que había sucedido una masacre.

La ausencia de armas, las ropas que vestían y los testimonios de los sobrevivientes generaron un escándalo de gran resonancia en Venezuela. La comisión especial del Congreso encargada de investigar lo sucedido, presentó el informe de la exhumación y determinó que los 14 pescadores “recibieron disparos por la espalda y la parte posterior de la cabeza. La conclusión: no fue un enfrentamiento sino una ejecución”.

De esta manera, se desmintió la versión de los funcionarios de los miembros del CEJAP y desde entonces se empezó a denominar como Masacre de El Amparo. También inició un proceso judicial engorroso y contradictorio entre cortes militares y civiles que culpaban y absolvían a los responsables. El caso fue elevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, que en 1996 falló en contra del Estado venezolano, quien a su vez admitió su responsabilidad en los asesinatos, y fue obligado a pagar una indemnización a los sobrevivientes y a las familias de las víctimas.

‘Chumba’ y Pinilla, aún piden que se cumpla la sentencia y se castigue a los culpables. El proceso judicial continúa en instancias nacionales, y tuvieron que refugiarse por un tiempo en México tras recibir amenazas. En este momento viven en El Amparo, en las casas que les entregó el Estado.

Ellos participaron en el proceso de creación de la obra teatral y de la película. De hecho, aparecen en un momento en la película”, asegura Vicente Peña quien interpreta a Mendieta, el policía del pueblo que captura a los dos pescadores y los defiende del Ejército bajo los marcos institucionales.

La película no se rodó en El Amparo, porque según Vicente es un pueblo que ha cambiado mucho. Escogieron un caserío en la misma región de Apure llamado El Yagual, que queda sobre el Río Arauca y guarda cierta semejanza a como era El Amparo a finales de los ochenta. La comunidad de este pequeño lugar se involucró de lleno en la producción de la película, pues eran los encargados de brindar alimentación al equipo y participaron como actores naturales y extras.

Rober quiso que los actores tuvieran un proceso de inmersión y los obligó a mudarse a El Yagual dos meses antes de que iniciara el rodaje para que fueran parte de la comunidad y se mimetizaran de alguna manera en el pueblo: “No creo que cualquier se le mida a mudarse a El Yagual, un caserío donde no hay absolutamente nada. Fue un proceso de adaptación muy difícil porque, no había baño, teníamos que bañarnos a totumadas. Al principio fue un choque, pero luego nos adaptamos”, recuerda Vicente.

Dignidad y verdad

La película, más allá de contar un suceso trágico, habla de lo valiosa que es la dignidad y la verdad para el ser humano.

Creo que es una película en la que todos nos vemos reflejados en Latinoamérica porque aunque han pasado más de 30 años, siguen ocurriendo los mismos casos, no solamente en Venezuela, también en Colombia”, señala Vicente haciendo referencia a los ‘falsos positivos’, como se denomina el asesinato de civiles que fueron disfrazados como combatientes de la guerrilla durante el gobierno del expresidente y actual senador Álvaro Uribe Vélez, a cambio de incentivos monetarios si se lograban aumentar las cifras de combatientes dados de baja.

“Esta masacre podría haber ocurrido la semana pasada. No hemos avanzado nada. Las sociedades latinoamericanas estamos estancadas en un círculo vicioso, en el que cambian los gobiernos, pero seguimos a merced de las fuerzas del Estado que determinan quiénes son ciudadanos de primera y quiénes de segunda”, dice Alejandro, el productor de la película.

“‘El Amparo’, para mí, fue eso: una transición a entender que hay un poder que te puede aplastar de buenas a primeras si no le convienes", afirma también Rober, el director de la cinta.

‘El Amparo’ recibió excelentes críticas por su sobriedad narrativa y obtuvo varios reconocimientos en más de 25 festivales desde su primera proyección en San Sebastián. Por ejemplo, el Premio del Público en el festival de Biarritz (Francia), el premio a Mejor Película en la Mostra Internacional de Sao Paulo (Brasil), entre otros. También fue nominada a los premios Goya de 2018 como Mejor película Iberoamericana. Después de tres años de su estreno llega a Colombia y se podrá ver en salas de cine a partir del 28 de noviembre en Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Cúcuta y Cali.

El objetivo de esta producción audiovisual es servir como herramienta de memoria histórica. Para Alejandro lo valioso de esta película es que rescata esa lucha de dos sobrevivientes y los pone en el contexto latinoamericano actual de levantamientos populares y paros nacionales como sucede en Chile, Colombia, Ecuador, Nicaragua y Bolivia para exigir a los gobiernos mejor calidad de vida. Por eso, afirma que es una película vigente y necesaria para el público latinoamericano.

“Si de algo sirve el cine es precisamente para ser un instrumento de denuncia que perdure. Ojalá sirva para que historias como esta no se repitan”, afirma Vicente. Es curioso, el director de ‘El Amparo’, Rober Calzadilla, se quedó sin voz por culpa de la enfermedad que atraviesa, pero su obra en este momento resuena entre los gritos de las manifestaciones, “cacerolazos” y clamores de verdad, justicia y reparación por toda Latinoamérica.

Fuente:
Agencia Anadolu - José Ricardo Báez