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Cómo fue la relación de la reina Isabel y la princesa Diana

Perseguido por paparazis en moto, el coche choca a gran velocidad contra una columna en un paso subterráneo.

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Viernes, Septiembre 9, 2022 - 15:42
Realeza inglesa
La hora del té Los ingleses en general suelen decir que “llegó la hora del té” para referirse a que es momento de cenar, pero esto es inaceptable para la reina Isabel. Ellos llaman a esta comida "supper" o "dinner" (cena). La hora del té para su majestad se refiere justamente a la acción de beber té.
AFP

Este jueves 8 de septiembre, se confirmó la muerte de la reina Isabel a los 96 años, de los cuales setenta estuvo en el poder. La monarca fue un símbolo de estabilidad y continuidad en medio de grandes crisis como la pérdida del Imperio británico o los múltiples escándalos de la familia real. 

Entre las crisis por las que atravesó, se destaca la de la muerte de la princesa Diana, la exesposa de su hijo Carlos, quien ahora la sucederá en el trono.  

Sin embargo, lo que pocos saben es cómo fue la relación entre Isabel y la princesa Diana. La reina fue muy criticada por su falta de compasión cuando, en 1997, falleció en un accidente de automóvil la “princesa del pueblo", Diana, madre de Guillermo y Enrique.  

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Adorada por las masas, dos años antes había denunciado en televisión la infidelidad de su esposo, heredero al trono. 

Un año después, Diana se separó del heredero al trono príncipe Carlos. Desde entonces, la princesa y su adinerado nuevo amante, el empresario egipcio Dodi Fayed, sufren el acoso de la prensa durante sus vacaciones de verano en el Mediterráneo. 

Llegan a París en la tarde del 30 de agosto y cenan esa noche en el hotel Ritz, propiedad de Mohamed al Fayed, padre del amante de Lady Di. Intentan salir discretamente en un Mercedes por una puerta trasera poco después de medianoche. 

Perseguido por paparazis en moto, el coche choca a gran velocidad contra una columna en un paso subterráneo cerca del puente del Alma, en la orilla norte del río Sena, opuesto a la torre Eiffel. 

Fayed y su chófer, que presentaba un alto nivel de alcohol en la sangre, mueren al instante. Su guardaespaldas queda gravemente herido. 

Los socorristas consiguen sacar a Diana con vida de la deformada carrocería del Mercedes. 

Siete fotógrafos son detenidos. Las imágenes del accidente se ofrecen por fortunas a los periódicos. 

Diana es trasladada al hospital Pitie-Salpetriere donde, después de dos horas de operaciones quirúrgicas, muere, debido a las graves heridas en el pecho. 

La reina Isabel II, su marido el príncipe Felipe, el príncipe Carlos y sus dos hijos Guillermo (15 años) y Enrique (12), están veraneando en Balmoral, la residencia de vacaciones de la monarca en Escocia. 

La familia discute sobre cómo tratar a Diana en su muerte puesto que ya no es miembro de la familia real. Carlos insiste en usar el avión real para ir a recoger el cuerpo en persona, contra los deseos iniciales de la reina Isabel. 

La prensa es la primera acusada. El hermano de Diana, el conde Charles Spencer, dice que los periódicos tienen sangre en las manos. 

Nerviosos, los tabloides británicos intentan minimizar el daño en los días siguientes, mostrando adoración por Diana y desviando la atención hacia la monarquía. 

Los diarios enfurecen porque la bandera británica no ondea a media asta en el palacio de Buckingham y piden que la reina vuelva a Londres para solucionar estas cuestiones. 

El tabloide The Sun pregunta: "¿Dónde está nuestra reina? ¿Dónde está nuestra bandera?". Según el rotativo, la ausencia de la bandera es "un cruel insulto a la memoria de Diana". 

El mástil del palacio solo se utiliza cuando la monarca está en la residencia, izando la bandera personal del soberano, que nunca ondea a media asta. 

Finalmente, la familia real deja su santuario en Balmoral. 

La reina y el príncipe Felipe son aplaudidos cuando visitan después las flores depositadas en el exterior del palacio de Buckingham. Eso supone un gran alivio en los círculos de la realeza. 

Pese a la ola de indignación que recorrió el país, la soberana no salió de su silencio hasta la víspera del funeral, cuando ofreció un excepcional discurso televisado el 5 de septiembre . 

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Mientras que la población, en duelo, depositaba millones de flores frente a la verja de los palacios de Buckingham y de Kensington, el príncipe Carlos y la reina Isabel se atrincheraron en su castillo escocés de Balmoral. 

Por la tarde, el féretro es conducido a Althorp, donde está la casa de la familia de Diana. 

A lo largo de todo el camino, la gente llena los arcenes de la carretera y tira flores al coche funerario, algo realmente inusual en el Reino Unido. 

La princesa está enterrada discretamente en una pequeña isla en un lago del parque familiar. 

Fuente:
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