El santo libanés al que la familia de Miguel Uribe se encomienda por un milagro
En momentos de angustia, la familia de Miguel Uribe encuentra consuelo en San Charbel, símbolo de fe y sanación en el Líbano.

Desde la Clínica Santa Fe de Bogotá, donde el senador Miguel Uribe Turbay permanece internado en estado crítico tras el atentado que sufrió el pasado 7 de junio, su hermana, María Carolina Hoyos Turbay, rompió el silencio en una emotiva entrevista concedida a La FM de RCN. Conmovida, agradeció las innumerables muestras de solidaridad recibidas y afirmó que es esa fuerza colectiva de fe la que ha sostenido a su familia. “Tanta gente unida a través de la esperanza y de la fe es lo que hace que los últimos partes médicos nos den una luz”, expresó. Según Hoyos, la rápida atención médica fue clave: “Encontrar una ambulancia a diez minutos del atentado y llegar a la mejor clínica del país con un equipo liderado por el doctor Jaquim, una eminencia, ha sido determinante”.
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Durante la conversación, María Carolina relató cómo la familia ha vivido horas difíciles, pero también llenas de recogimiento espiritual. Ha sido testigo del fervor ciudadano a las afueras de la clínica: “A la una de la mañana, cuando se cumplían las 72 horas del atentado, bajé y vi a muchas personas orando. Sin conocerlas, su fe me sostuvo”. Para la familia Turbay, la religión se ha convertido en el sostén emocional. “Es imposible tirar la toalla cuando tanta gente reza con amor. Hoy, que Miguel esté vivo, es ya un milagro”, sostuvo, conmovida.
Miguel Uribe Turbay: fe, familia y el amparo de San Charbel
María Carolina también confesó que, como católica maronita, atribuye este “milagro en proceso” a la intercesión de San Charbel, santo libanés vinculado a los orígenes familiares. “Es el santo de los imposibles. Desde pequeños, mi madre nos inculcó esa devoción. A Miguel, incluso, le regalé un escapulario que usó por mucho tiempo. El día del atentado no lo tenía, se lo había entregado a su hijo Alejandro”, relató con emoción. Reveló que el propio médico tratante, el doctor Jaquim, hizo alusión a este santo en sus redes sociales, y que una reliquia de primer grado fue llevada a la UCI donde permanece el senador.
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A la pregunta sobre si siente la presencia de su madre, Diana Turbay, María Carolina respondió con firmeza: “No me cabe la menor duda de que mi mamá ha trabajado más desde que está en el cielo que cuando estaba viva. Está pegadita de la mano de Miguel desde el primer momento”. Esta conexión espiritual se ha convertido en el combustible de una familia marcada por la tragedia, pero también por una resiliencia excepcional.
La familia Turbay, el perdón y el camino hacia la sanación
Consultada sobre el perdón, un tema inevitable para una familia que ha sufrido tanto por la violencia en Colombia, María Carolina fue honesta. “Perdoné a los asesinos de mi madre gracias al ejemplo de mis abuelos. El odio enferma. Con Miguel no me he detenido a pensar aún en eso, estoy enfocada solo en su recuperación. Pero espero que cuando llegue el momento, también pueda perdonar”. Reconoció que el dolor sigue muy presente, pero confía en su proceso interior y en el ejemplo de perdón que recibió desde niña.
Finalmente, al hablar de su relación con Miguel, se le quebró la voz. “Nadie lo conoce más que yo. Fuimos hermanos, cómplices, casi como madre e hijo cuando perdimos a la nuestra. Miguel tiene una fuerza inmensa, un compromiso con el país y una capacidad de amar que conmueve. No me cabe duda de que si se salva, lo hará con más fuerza que nunca. Por eso les pido: sigan orando, sigan creyendo”.
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La voz de María Carolina Hoyos es la de una hermana, una hija, una mujer marcada por la tragedia y sostenida por la fe. Hoy, Colombia entero se une a ese mismo deseo: Fuerza, Miguel.