Durante el Congreso Nacional Agropecuario 2025, Martha Betancourt, presidenta de Procaña, señaló que la producción ha disminuido en 5.000 hectáreas debido a asentamientos e invasiones que mantienen a cientos de agricultores por fuera de sus predios y sin soluciones jurídicas.
La presidenta de Procaña, Martha Betancourt, explicó que los cultivadores de caña del norte del Cauca enfrentan una situación que se arrastra desde hace más de una década. Según dijo, los problemas de invasiones se mantienen y se han agravado en la zona.
“Tenemos más de 4.500 hectáreas afectadas y aproximadamente 3.000 hectáreas donde el productor no puede ingresar a su predio, a pesar de que ostenta los títulos originales”, afirmó.
Agregó que muchos agricultores se han visto obligados a ofrecer sus tierras a la Agencia Nacional de Tierras, pero que “a pesar de que cumplen con todos los requisitos, no compran las tierras”.
Betancourt señaló que esta combinación de falta de compra y ausencia de restitución del derecho impide el desarrollo del objeto social de los predios: “El llamado que nosotros hacemos es a que se resuelva el tema jurídico de estas tierras”.
Preocupación
La dirigente gremial también hizo referencia al deterioro de la seguridad en la región. Recordó que el presidente mencionó el tema durante la instalación del evento en el que participaba y explicó que en el norte del Cauca coinciden distintos factores de violencia.
“Tenemos toda serie de grupos al margen de la ley, disidencias, minería ilegal”, señaló. Según dijo, se han incrementado los secuestros, las llamadas extorsivas y los ataques a poblaciones, incluidos aquellos que afectan la movilidad por la vía Panamericana.
Betancourt mencionó episodios recientes: “En un municipio como Padilla, hace dos semanas, hubo ataques con fusiles en una población de productores y agricultores”. Aseguró que la fuerza pública hace presencia, pero que persisten los riesgos y restricciones para llegar a los predios.
Indicó que varios pequeños productores, entre ellos campesinos y comunidades afrodescendientes, reportan confinamientos, amenazas y limitaciones para trabajar en sus fincas. “No pueden ir a sus predios y además están a merced de los grupos criminales que están delinquiendo en el territorio”, afirmó.
Reducción de hectáreas
La problemática de seguridad y las invasiones han tenido un impacto directo en la producción. Betancourt señaló que en los últimos dos años se ha registrado una disminución significativa en el área cultivada.
“El balance es que hemos tenido una reducción de 5.000 hectáreas que no están plenamente en producción porque hay asentamientos de comunidades que están haciendo invasiones e impiden el desarrollo del objeto social”, explicó.
Insistió en que los propietarios cuentan con los títulos que los acreditan, pero no pueden ejercer su derecho.