¿Un nuevo mundo? El misterioso objeto que podría ser el Planeta Nueve
Astrónomos identificaron un objeto que podría ser el Planeta Nueve: un gigante helado a 105.000 millones de km del Sol.

Durante décadas, los astrónomos han especulado sobre la existencia de un planeta oculto en las fronteras del sistema solar. Un mundo lejano, masivo y silencioso que nunca fue visto, pero cuya presencia se sentía en el comportamiento de otros cuerpos celestes. Ahora, un equipo internacional de científicos asegura haber detectado un objeto que encaja con todas las predicciones: el supuesto y escurridizo “Planeta Nueve”.
El hallazgo está encabezado por el astrónomo Terry Long Phan, de la Universidad Nacional Tsing Hua de Taiwán, y será publicado en la Publications of the Astronomical Society of Australia. Según los investigadores, se trata de un planeta potencialmente más masivo que Neptuno y ubicado a unos 105.000 millones de kilómetros del Sol, lo que equivale a unas 700 unidades astronómicas (UA).
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Un gigante helado, invisible durante décadas
El posible Planeta Nueve fue identificado gracias a una estrategia de observación tan innovadora como ambiciosa: comparar datos infrarrojos tomados por dos satélites espaciales con 23 años de diferencia. Por un lado, el Satélite de Astronomía Infrarroja (IRAS), que funcionó en 1983, y por otro, AKARI, una misión japonesa que operó entre 2006 y 2011.
La comparación de estas imágenes reveló un desplazamiento sutil, pero consistente, de un objeto cuya masa y distancia encajan con lo que la comunidad científica había anticipado desde hace años.
"Es bastante sorprendente pensar que algo tan grande como Neptuno pueda estar ahí fuera sin que nadie se haya dado cuenta", comentó el astrónomo Gary Bernstein, de la Universidad de Pensilvania, al medio Science. Aunque no participó en el estudio, reconoció que, a esa distancia, incluso los objetos masivos pueden volverse prácticamente invisibles.

Movimiento orbital: la pista más clara hasta ahora
La clave del descubrimiento está en el movimiento. El equipo analizó 13 pares de objetos detectados por ambas misiones espaciales y halló uno que se desplazó 47,4 minutos de arco entre 1983 y 2006. Para los expertos, este cambio es coherente con lo que se esperaría de un planeta tan lejano: un desplazamiento lento, apenas perceptible.
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Además, el brillo del objeto permaneció constante en ambas observaciones, lo cual permitió calcular con mayor precisión su distancia, tamaño y temperatura. Si los cálculos son correctos, el supuesto planeta no solo estaría más allá del Cinturón de Kuiper, sino que sería varias veces más grande que la Tierra.
Big News : Evidence of controversial Planet Nine uncovered in sky surveys taken 23 years apart.
The object, if it really is Planet Nine, must be more massive than Neptune.
Read more: https://t.co/japs4pmUcd pic.twitter.com/Aps3ECXEMA— Chryse (@chryse0l) May 1, 2025
Una hipótesis que no es nueva, pero ahora tiene más fuerza
La idea de un noveno planeta no surgió de la nada. En 2016, los astrónomos Michael Brown y Konstantin Batygin, del Instituto de Tecnología de California, propusieron su existencia para explicar las trayectorias extrañas de ciertos objetos del Cinturón de Kuiper, como Sedna.
Estos cuerpos parecían moverse bajo la influencia de una masa invisible. Algo lo suficientemente grande como para alterar órbitas, pero que ningún telescopio había logrado observar directamente.
En 2021 ya se había reportado una señal similar, pero esa vez no fue confirmada por otros instrumentos. La diferencia ahora está en la coincidencia entre dos observaciones independientes, tomadas con décadas de diferencia, lo que fortalece la hipótesis y le da mayor legitimidad científica.
¿De dónde salió este posible planeta?
Si se confirma, las implicaciones no son menores. Según Terry Long Phan, existen dos posibles explicaciones para la presencia de un objeto tan masivo en una órbita tan lejana. Una opción es que se trate de un planeta original del sistema solar que fue expulsado por interacciones gravitacionales con Júpiter o Saturno.
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La otra posibilidad, aún más intrigante, es que se trate de un “planeta rebelde”: un cuerpo celeste formado en otro sistema estelar y capturado por el Sol en las primeras etapas de formación del sistema solar. Esta hipótesis, aunque más especulativa, también está siendo considerada por la comunidad astronómica.

El desafío de observar lo que casi no brilla
Detectar un planeta a 700 unidades astronómicas del Sol es un reto inmenso. Para tener una referencia, Neptuno se encuentra a apenas 30 UA. A esa distancia, la luz solar llega tan débil que incluso un cuerpo del tamaño de Neptuno sería invisible a simple vista desde la Tierra.
De ahí la importancia de los telescopios infrarrojos y de técnicas que permitan comparar datos tomados en distintos momentos. “Una vez que conozcamos con mayor precisión la posición del candidato, una exposición más larga con los grandes telescopios ópticos actuales podrá detectarlo”, explicó Phan a Space.com.
La cautela sigue siendo parte del método
Pese al entusiasmo, los científicos piden prudencia. La astrónoma Samantha Lawler, de la Universidad de Regina, advirtió que los datos aún no son concluyentes: “Sería genial que hubiera algún tipo de patrón allí, pero no estoy convencida de que no se pueda optar por una explicación más simple”.
La confirmación dependerá de nuevas observaciones con instrumentos más potentes, como la Cámara de Energía Oscura del telescopio Blanco en Chile, o el futuro Observatorio Vera C. Rubin. También se espera que el Telescopio Espacial Nancy Grace Roman, una vez en funcionamiento, aporte datos determinantes.
¿Estamos ante un nuevo miembro del sistema solar?
La historia del sistema solar podría estar a punto de cambiar. Durante años se creyó que Plutón era el noveno planeta, hasta que fue reclasificado como planeta enano. Desde entonces, el número de planetas volvió a ser ocho… al menos oficialmente.
Si los datos se confirman, el Planeta Nueve no solo recuperaría ese lugar simbólico, sino que además abriría una nueva ventana hacia las zonas más remotas y misteriosas del vecindario solar.
Por ahora, la existencia de este cuerpo helado sigue siendo una hipótesis robusta, pero no definitiva. Sin embargo, todo parece indicar que las herramientas actuales —y las que están por venir— nos acercan cada vez más a encontrar una respuesta. Una que podría estar flotando, silenciosa y lejana, en la oscuridad absoluta del sistema solar exterior.