Cuarenta años después de la tragedia que borró del mapa a Armero (Tolima), el recuerdo sigue vivo entre quienes sobrevivieron a la avalancha del 13 de noviembre de 1985. Entre el silencio y las ruinas, algunos objetos rescatados se han convertido en símbolos de memoria. Uno de ellos es un cheque girado un día antes de la catástrofe, hoy conservado en el Centro de Historia de Armero Tolima (CHAT).
Fredy Gutiérrez, cofundador del CHAT, contó a La FM la historia de este documento, que mantiene su valor simbólico pese al paso del tiempo. Fue donado por un sobreviviente que lo guardó durante años, consciente de que representaba algo más que una transacción bancaria.
“Un amigo me dijo: ‘Tengo un cheque histórico, porque fue girado un día antes de la avalancha, el 12 de noviembre de 1985, en el Banco Colombia, a nombre del señor Fernando Matamoros’”, relató Gutiérrez.

El cheque que nunca se cobró
El cheque está hoy bajo custodia en una vitrina del museo, donde es uno de los objetos más observados por los visitantes. Lo que más llama la atención no es solo la fecha, sino la suma escrita: $1.200 pesos, una cantidad significativa para la época.
“En ese tiempo, el salario mínimo era de $359 pesos. Así que era una cifra importante. Si lo trajéramos a valores actuales, serían unos $140.000. Lo curioso es que el cheque fue girado, pero nunca cobrado”, explicó el encargado del museo, quien añadió entre risas: “Incluso intentamos buscar al señor para devolverle sus $1.200 pesos”.
El documento se ha convertido en una pieza clave del museo, no solo por su rareza, sino porque simboliza el instante detenido antes del desastre. Un día después, la avalancha del volcán Nevado del Ruiz sepultó al municipio y a más de 25.000 personas bajo el lodo y las piedras.

La historia que se niega a desaparecer
El Centro de Historia de Armero Tolima conserva no solo ese cheque, sino también decenas de objetos recuperados entre las ruinas: fotografías, herramientas, utensilios domésticos y documentos que reconstruyen la vida cotidiana de un pueblo desaparecido.
Desde el museo se hace un llamado a locales y visitantes para recorrer sus salas y conocer estas historias que mantienen viva la memoria de Armero. Como dicen sus fundadores, “cada objeto que sobrevivió tiene algo que contarnos sobre lo que fuimos y lo que nunca debemos olvidar”.
