La victoria del derechista José Antonio Kast en las elecciones presidenciales de Chile, no solo marcó un giro político histórico en ese país, sino que provocó fuertes reacciones en la región.
Una de las más contundentes fue la del presidente colombiano Gustavo Petro, quien interpretó el resultado como una señal de alarma para los proyectos progresistas en América Latina.
“Por el sur y por el norte vienen los vientos de la muerte”, escribió Petro en su cuenta de X, reaccionando a una imagen que compartió el presidente de Argentina, Javier Milei, donde se observa a países como Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Argentina y ahora Chile de color azul, identificados bajo un mandato de derecha; mientras que Colombia, Venezuela, Brasil, Uruguay y las Antillas Menores de color rojo, identificadas bajo el mandato de izquierda.
En el mensaje, el mandatario llamó a la resistencia política y evocó la figura de Simón Bolívar: “Atenti Grancolombianos, vienen por nosotros y debemos resistir con la espada de Bolívar en alto y paso de vencedores”.
Petro aseguró además que su trino sobre la derrota del progresismo en Chile fue bloqueado, lo que, según él, refuerza la idea de una ofensiva más amplia contra los gobiernos y movimientos de izquierda en la región.
Las palabras del presidente colombiano contrastan con el tono institucional adoptado en Chile. Jeannette Jara, candidata de una coalición de izquierda, reconoció su derrota y felicitó al presidente electo. Kast, fundador del Partido Republicano y primer pinochetista en llegar a La Moneda en democracia, se impuso en las 16 regiones del país, incluidos bastiones históricos de la izquierda como Valparaíso y la Región Metropolitana.
Para Petro, el triunfo de Kast no es un hecho aislado, sino parte de un avance regional de fuerzas de extrema derecha, con un discurso centrado en la seguridad, la migración y el orden. Kast ha prometido expulsiones masivas de migrantes, la criminalización de la migración irregular y la construcción de cárceles de máxima seguridad, propuestas que fueron claves en una campaña dominada por el temor a la delincuencia.
En su cuenta de X, volvió a pronunciarse diciendo que el resultado electoral reciente no significa un cambio profundo en la identidad política chilena.
“El péndulo no vuelve a su lugar porque siempre el pueblo chileno fue progresista”, sostuvo Petro, al argumentar que la historia del país austral ha estado marcada por la resistencia y las luchas populares. En su reflexión evocó la resistencia indígena de Arauco frente a la colonización española, como símbolo de una vocación histórica que, a su juicio, no puede ser borrada por coyunturas electorales.
Petro también aseguró que fue censurado en redes sociales y reiteró una de sus frases más controvertidas: “Volvieron a matar al presidente”. En ese contexto, advirtió que “el fascismo avanza” y fue enfático en rechazar cualquier tipo de acercamiento con ideologías que asocia con el nazismo, al que calificó como “la muerte en ser humano”.
El mandatario colombiano comparó el actual escenario con el pasado dictatorial chileno, señalando que si bien Augusto Pinochet llegó al poder por la fuerza, resulta aún más grave, según su visión, que los pueblos elijan democráticamente liderazgos que reivindican ese legado. “Hitler mata los pueblos”, afirmó, al tiempo que llamó a la resistencia latinoamericana frente a lo que considera una amenaza contra la vida y la democracia.
Finalmente, Petro apeló a la memoria cultural al pedir que “cuiden la tumba de Neruda”, recordando su visita a la casa del poeta chileno como un espacio de inspiración y esperanza, en contraste con el momento político que hoy observa, según él, con preocupación.