Lo que está ocurriendo con los Juegos Panamericanos ha evocado muchos recuerdos del pasado. Por ejemplo, en 1982, el entonces presidente Belisario Betancur rechazó la sede del Mundial de Fútbol de 1986.
Él asumió ante el país la responsabilidad y, adivinen qué, todos esos hospitales, colegios o viviendas que se planeaban construir con ese dinero nunca se llevaron a cabo.
Ni el mundial ni la inversión social. Y el mundial se llevó a cabo en México.