Venezuela queda aislada con suspensión de vuelos desde Colombia: “Nos quedamos sin conectividad"
Autoridades aeronáuticas venezolanas lamentaron la decisión arbitraria del régimen chavista, ocasionando pérdidas económicas, pero sobre todo aislamiento.

Marisela de Loaiza, presidenta de la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela (ALAV), expresó su preocupación en diálogo con La FM de RCN por la suspensión repentina de los vuelos entre Colombia y Venezuela, medida ordenada por el régimen venezolano a pocos días de las elecciones presidenciales en ese país.
Según explicó, esta decisión tiene un impacto inmediato y considerable tanto para los pasajeros como para las aerolíneas. “En realidad, hay preocupación, sobre todo por los pasajeros. Los más afectados obviamente son ellos. El poco tiempo para buscar planes alternos y las pocas opciones disponibles agravan la situación”, afirmó De Loaiza.
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La dirigente gremial explicó que actualmente no hay vuelos hacia Panamá ni Perú, por lo que Colombia se había convertido en el principal punto de conexión aérea para los viajeros venezolanos que necesitan movilizarse por motivos personales, de salud, familiares, de estudio o de trabajo. “La gente piensa que viajar es algo frívolo, pero no es el caso. Viajar tiene muchas motivaciones necesarias y esto crea muchísimos problemas para los usuarios. Además, para las aerolíneas, son pérdidas irrecuperables”, agregó.
Pérdidas económicas y operativas por suspensión de vuelos a Venezuela
De Loaiza detalló que en el sector aéreo los asientos se consideran bienes perecederos. “En lo que el avión arrancó, ese asiento vacío ya es una pérdida. Los vuelos cancelados no se recuperan. Hay que reacomodar a los pasajeros, y los costos de operación siguen corriendo”, explicó.
Añadió que reprogramar un avión que no pudo volar no es sencillo. “La venta de rutas nuevas requiere una etapa de maduración. Una ruta normalmente se empieza a vender con tres meses de anticipación y los sistemas de distribución manejan inventarios de hasta un año”, dijo.
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La afectación también varía entre aerolíneas. “Una empresa grande como Avianca tiene una estructura de costos diferente a una pequeña como Turpial o incluso Laser. Pero todas pierden cuando un vuelo se cancela sin previo aviso”, señaló.
Antes de esta suspensión, la conectividad aérea entre Colombia y Venezuela había mejorado. “Antes solo volábamos a Bogotá, pero ahora hay vuelos a Medellín, a Cúcuta y desde Valencia. Eso era positivo porque ampliaba la oferta y las posibilidades de conexión”, explicó.
Sin embargo, la región ya había visto afectada su conectividad desde agosto pasado, cuando se suspendieron los vuelos hacia Panamá, Santo Domingo y Lima. “Nos quedamos sin conectividad con gran parte de América. Colombia era la única salida viable, más allá de algunos vuelos a Curazao”, indicó.
La situación con los vuelos a Europa es ligeramente mejor, pero hacia América del Norte, Central y del Sur las limitaciones son evidentes. “Comparado con Bogotá, que tiene un promedio de 90 vuelos diarios internacionales, nosotros tenemos apenas 14 o 15”, puntualizó.
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Respecto a las razones detrás de la suspensión, De Loaiza afirmó no tener información certera. “Desde el punto de vista comercial, no hay indicios de que ocurra nada fuera de lo normal. No se percibe un ambiente enrarecido, ni hay señales de alerta en el entorno”, comentó.
Las elecciones presidenciales del domingo podrían estar relacionadas con la medida, pero, según De Loaiza, no se han dado explicaciones concluyentes. “Cuando se toma una decisión como esta, uno se pregunta: ¿quién se beneficia?, ¿a quién protege? Pero es imposible saberlo”, concluyó.
La ALAV espera que la conectividad se restablezca cuanto antes, en beneficio de los pasajeros y de la economía regional, y hace un llamado a las autoridades para que se retome el diálogo y se garantice la operación aérea regular entre ambos países.