Las fuertes lluvias y crecidas de ríos derivadas del paso del huracán Melissa por el oriente cubano obligando a las autoridades a evacuar a más de 2.700 personas en la provincia de Granma, según informó este sábado el Ministerio del Interior de Cuba.
Hasta las seis de la tarde del viernes, 2.714 habitantes fueron trasladados a zonas seguras, tras realizarse 413 operaciones de rescate en comunidades afectadas por la crecida del río Cauto, el más extenso del país.
“Hasta las seis de la tarde de ayer (viernes), 2.714 personas habían sido rescatadas en Granma, en 413 operaciones. Hay hombres y mujeres plantándole cara al peligro, exponiendo su vida para salvar a los otros”, señaló el Ministerio del Interior.
Las tareas de rescate comenzaron el jueves y continúan intensificándose ante el riesgo de nuevas inundaciones. Se prevé que unas 7.000 personas sean movilizadas hacia Jobabo, una localidad de la vecina provincia de Las Tunas, en las próximas horas, debido al empeoramiento de la situación.
El general de brigada Florencio Navas, jefe del Estado Mayor del Ejército Oriental, advirtió que el poblado de Río Cauto se encuentra prácticamente aislado, con parte de la línea férrea cubierta por el agua, lo que ha dificultado los desplazamientos y evacuaciones.
Imágenes aéreas captadas por helicópteros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) muestran extensas áreas agrícolas y viviendas sumergidas bajo las aguas del Cauto, según reportó el diario oficial Granma.
Las autoridades califican el escenario como de “riesgo extremo”, ya que el nivel máximo de inundación podría alcanzarse hasta tres días después de que cesen las lluvias en la cabecera del río.
Los municipios Río Cauto y Cauto Cristo son los únicos del territorio oriental que permanecen bajo fase de alarma, mientras que el resto de las provincias afectadas han pasado a fase recuperativa, de acuerdo con la Defensa Civil.
El huracán Melissa impactó Cuba la madrugada del miércoles por el sureste, abandonando el territorio unas siete horas después por el noreste. Durante su paso, dejó vientos de hasta 200 kilómetros por hora y acumulados de hasta 400 milímetros de lluvia en algunas zonas.
El fenómeno causó apagones generalizados, daños en viviendas e infraestructuras, cortes de carreteras, interrupciones en las comunicaciones y graves pérdidas agrícolas. Hasta el momento, el Gobierno no ha emitido un balance oficial de daños ni reportado víctimas mortales.