El primer ministro francés muestra sus cartas en medio de la crisis política
El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, presenta su presupuesto 2026 y busca evitar una moción de censura que pondría fin a su mandato.

El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, desveló este martes su proyecto de presupuestos para 2026, antes de un discurso clave ante el Parlamento que podría sellar su rápido final si no convence a la oposición socialista.
Este hombre de confianza del presidente Emmanuel Macron se arriesga a convertirse en su tercer primer ministro en caer ante el Parlamento en menos de un año y agravar la crisis política que sacude Francia desde mediados de 2024.
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Su gobierno presentó un proyecto de presupuestos para 2026, que prevé un esfuerzo fiscal de 30.000 millones de euros (34.670 millones de dólares), en gran parte por una reducción del gasto público, según el Alto Consejo de Finanzas Públicas.
La segunda economía de la UE se encuentra bajo presión para reducir su deuda pública (115,8% del PIB). Según el proyecto, el servicio de la deuda sería mayor que la partida destinada al gasto militar.
La líder ultraderechista Marine Le Pen criticó un proyecto "terriblemente malo". Su formación ya presentó una moción de censura, que se examinará el jueves junto a la de la izquierda radical, indicaron a AFP fuentes parlamentarias.
Sin embargo, la clave de la supervivencia de Lecornu estará en su discurso de política general, previsto a partir de las 15H00 (13H00 GMT), y en si cede a las exigencias de la oposición socialista sobre una de las grandes reformas de Macron.
"Exigimos claramente la suspensión inmediata y completa de la reforma de pensiones de 2023", que Macron impuso por decreto pese al rechazo popular, reiteró el lunes el líder socialista Olivier Faure.
Al término del discurso de Lecornu, los socialistas deben decidir si cumplen su advertencia y presentan una moción de censura, que podría debatirse también el jueves. Si todas las oposiciones la votan, caerá el gobierno.
"Peligro"
El retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y el aumento a 43 años a partir de 2027 de la cotización necesaria para una pensión completa cristalizan desde 2023 el descontento social con la política del presidente Macron.
Para el gobierno, la suspensión de la reforma de pensiones costaría al menos 3.000 millones de euros (3.465 millones de dólares) y divide al oficialismo. La izquierda y los sindicatos quieren su derogación.
El Nobel de Economía Philippe Aghion llamó este martes a un acuerdo sobre la reforma de pensiones para evitar el "peligro" de la llegada del partido ultraderechista Agrupación Nacional de Le Pen al poder.
La extrema derecha lidera los sondeos en caso de elecciones legislativas o presidenciales. Si Lecornu cae, Macron, que rechaza dimitir antes de 2027, podría convocar legislativas anticipadas.
Francia registró en septiembre protestas por justicia fiscal, impulsadas por el esfuerzo de 44.000 millones de euros previsto para 2026 por el ex primer ministro François Bayrou antes de ser censurado.
La oposición socialista reclama gravar más a los ultrarricos con medidas como la “tasa Zucman”, que impondría un 2% anual a los patrimonios superiores a 100 millones de euros.
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Lecornu rechazó esta tasa, pero en un intento de acercarse a los socialistas, su proyecto prevé prolongar la contribución sobre beneficios de grandes empresas y fortunas.
El plan también incluye un impuesto sobre sociedades patrimoniales, que "tiene como objetivo contrarrestar" las estrategias de evasión fiscal, según el documento consultado por AFP.