EE. UU. y China avanzan en solución a conflicto arancelario
La administración Trump se espera que, como parte del acuerdo, se levanten limitaciones impuestas al acceso chino a tecnologías de punta.

En un nuevo intento por desescalar la guerra comercial que desde hace años marca la relación entre Estados Unidos y China, las delegaciones de ambos países anunciaron desde Londres un principio de acuerdo sobre un “marco general” que busca superar las profundas diferencias económicas.
Lo pactado deberá ahora ser validado directamente por los presidentes Donald Trump y Xi Jinping.
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“Ambas partes han llegado a un acuerdo de principio sobre un marco general (...) y lo presentarán a sus respectivos líderes”, declaró Li Chenggang, negociador comercial del gobierno chino, al término de una intensa jornada en la mansión Lancaster House, sede del diálogo bilateral desde el lunes.
El secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, confirmó el avance y señaló que el acuerdo incluye una salida al conflicto sobre las llamadas “tierras raras”, minerales fundamentales para sectores estratégicos como la tecnología y la automoción. Washington había expresado una creciente preocupación por las restricciones impuestas por Beijing sobre estos recursos.
Las negociaciones, calificadas como “productivas” por el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, continuarán este miércoles, aunque él debió regresar a Washington para comparecer ante el Congreso.
La delegación norteamericana continúa con Lutnick y el enviado comercial Jamieson Greer al frente, mientras que la parte china está representada por el viceprimer ministro He Lifeng, el ministro de Comercio Wang Wentao y el propio Chenggang.
El optimismo también se reflejó en comentarios recientes del presidente Trump, quien desde la Casa Blanca aseguró: “Nos está yendo bien con China”, aunque reconoció que las negociaciones con el gigante asiático “no son fáciles”.
El contexto de esta nueva ronda diplomática es complejo. Tras un acuerdo en Ginebra el mes pasado que redujo temporalmente los aranceles bilaterales, Trump acusó a China de haber “violado totalmente” lo pactado, reavivando el riesgo de una escalada. Esta situación llevó a organizar un nuevo encuentro presencial y a preparar una eventual llamada directa entre los mandatarios para destrabar puntos sensibles.
La agenda actual incluye temas de gran impacto económico y político: los semiconductores avanzados, las restricciones a estudiantes chinos en EE. UU. y la liberación de exportaciones de tierras raras.
China, el mayor productor mundial de estos minerales, ha insinuado que podría flexibilizar sus restricciones impuestas en abril, un gesto que busca calmar los mercados y asegurar suministros críticos para industrias globales.
Desde la administración Trump se espera que, como parte del acuerdo, se levanten limitaciones impuestas al acceso chino a tecnologías de punta, especialmente en el campo de los microchips.
Sin embargo, según advirtió Kevin Hassett, principal asesor económico del presidente, el ritmo de cumplimiento chino ha sido más lento de lo esperado por algunas empresas.
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Mientras tanto, los mercados se mantienen en alerta. Las tensiones han tenido un fuerte impacto en el comercio: solo en mayo, las exportaciones chinas a EE. UU. se desplomaron un 35%.
Aún así, analistas como Kathleen Brooks, de XTB, ven con cautela cualquier señal de entendimiento: “Los inversores están dispuestos a aferrarse a cualquier titular positivo que mantenga vivas las esperanzas de recuperación”.
Trump ha reiterado su intención de “abrir China” a los productos estadounidenses como condición para cualquier acuerdo definitivo, mientras que Xi Jinping explora otras alianzas regionales con Japón y Corea del Sur, con el objetivo de diversificar la dependencia comercial y responder a las presiones estadounidenses.
El resultado final del acuerdo dependerá del visto bueno político de ambos presidentes. Pero por ahora, el entendimiento alcanzado en Londres representa un paso tangible hacia la distensión económica entre las dos potencias más grandes del mundo.