Director de la DEA vincula a Maduro, ELN y disidencias de las FARC con tráfico de droga hacia EE. UU.
Terry Cole además dijo que Venezuela era un narco-estado.

El director de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), Terry Cole, lanzó duras acusaciones contra el régimen de Nicolás Maduro, al que responsabilizó de colaborar con las guerrillas colombianas para enviar “cantidades récord de cocaína” hacia los carteles mexicanos que trafican drogas a territorio estadounidense.
“Venezuela se ha convertido en un estado narcoterrorista que sigue colaborando con las FARC y el ELN de Colombia para enviar cantidades récord de cocaína desde Venezuela a los carteles mexicanos, que siguen entrando a Estados Unidos”, afirmó Cole en una entrevista con Fox News.
El funcionario aseguró que, pese al endurecimiento de los controles fronterizos ordenados por la Administración del presidente Donald Trump, las incautaciones de cocaína en lo que va de 2025 ya superan las cifras de años anteriores. Además, advirtió sobre el incremento en la entrada de metanfetaminas y fentanilo, drogas que consideró devastadoras para las comunidades estadounidenses.
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“La corrupción venezolana, la dictadura venezolana, es narcoterrorista. Siguen enviando este veneno a Estados Unidos, matando a cientos de miles de estadounidenses, sin mencionar a los miembros de la banda Tren de Aragua que envían a nuestro país para destruir sus hermosas calles”, agregó, repitiendo denuncias planteadas anteriormente por Trump.
Las declaraciones de Cole se producen luego de que la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, señalara que Washington está dispuesto a “usar todo su poder” para frenar el flujo de drogas. La funcionaria calificó abiertamente al régimen venezolano como “un cartel del narcotráfico” y acusó a Maduro de liderar el Cartel de los Soles.
En medio de esta escalada, Estados Unidos ordenó el despliegue de un escuadrón anfibio hacia el sur del Caribe, según informó Reuters citando a dos fuentes con conocimiento directo de la operación. Se trata de los buques USS San Antonio, USS Iowa Jim y USS Fort Lauderdale, que podrían situarse frente a las costas venezolanas este domingo. En conjunto, las embarcaciones transportan 4.500 efectivos, incluidos 2.200 marines.
De acuerdo con fuentes consultadas por CNN, el movimiento responde al objetivo de combatir a los cárteles y reforzar la presencia militar estadounidense en áreas clave de tráfico ilícito. Aunque no se detalló la misión exacta, el Pentágono emitió una reinterpretación de competencias en la que incluyó entre los deberes del Ejército sellar fronteras, repeler “invasiones” —incluida la inmigración masiva— y enfrentar actividades criminales como el narcotráfico y la trata de personas.
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En paralelo, Washington ha intensificado sus medidas judiciales y financieras contra Caracas. Según la DEA y la Fiscalía estadounidense, en los últimos meses se han incautado 30 toneladas de cocaína ligadas al régimen y otras siete toneladas vinculadas personalmente a Maduro. También se han confiscado activos valorados en más de 700 millones de dólares, entre ellos aviones privados, vehículos de lujo y propiedades.
A comienzos de agosto, el gobierno de Trump duplicó a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro, en una señal de creciente presión internacional.
La respuesta de Caracas no se hizo esperar. El régimen calificó las acusaciones de “amenazas injerencistas” y aseguró que ponen en riesgo la “paz y estabilidad de la región”. Países aliados como Cuba, Bolivia y Nicaragua, además de Colombia, condenaron el despliegue de buques de guerra estadounidenses en el Caribe, al que consideran una provocación militar.