Continúa por cuarto día la búsqueda de siete peligrosos presos fugados en Nueva Orleans
Los presos cavaron un hoyo detrás de un inodoro para fugarse

La búsqueda de siete reclusos que escaparon de la Cárcel de la Parroquia de Orleans continúa este lunes en su cuarto día consecutivo, mientras crecen las críticas sobre fallas estructurales y administrativas en el sistema carcelario de Luisiana. La fuga, que ha sido calificada por el gobernador Jeff Landry como "la peor en la historia reciente del estado", ha encendido las alarmas a nivel estatal y federal.
Los presos huyeron por un agujero detrás de un inodoro, luego de remover cerraduras defectuosas y cortar metales con artículos no especificados. A las 12:23 a. m. del viernes, lograron sacar una puerta corrediza de su riel y, a la 1:01 a. m., escapaban corriendo por una autopista, como muestra un video de seguridad difundido por la Oficina del Sheriff. La fuga no fue detectada sino hasta el recuento matutino de las 8:30 a. m., provocando un retraso crítico en la alerta a la policía de Nueva Orleans.
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La oficina del sheriff de la parroquia de Orleans ha suspendido a tres empleados sin goce de sueldo y el gobernador Landry anunció una auditoría urgente tanto a la cárcel como a la propia oficina del sheriff. “El público merece saber quién, qué y cómo sucedió esto. Nunca debió haber ocurrido”, afirmó Landry en una conferencia de prensa. También culpó a lo que llamó un “sistema de justicia progresista” por las demoras procesales que, según dijo, permitieron que nueve de los diez reclusos permanecieran detenidos sin juicio durante años.
Los fugitivos tienen entre 19 y 42 años y enfrentan acusaciones por delitos violentos, como homicidio, violencia doméstica y agresión con agravantes. Uno de ellos, Derrick Groves, de 27 años, fue arrestado en 2018 por un doble homicidio durante el Mardi Gras. Su fuga provocó temor inmediato en las familias de las víctimas. “No sabíamos si vendría por nosotros”, declaró a WWL-TV un familiar de Jamar Robinson, una de las víctimas. También cuestionaron la ausencia de comunicación oficial tras la evasión.
Hasta ahora han sido recapturados tres reclusos: Robert Moody, Dkenan Dennis (24 años) y Kendell Myles (20), este último acusado formalmente de fuga simple. Uno de ellos fue localizado gracias a una pista anónima recibida a través de Crime Stoppers, según informó el FBI. El agente especial Jonathan Trapp anunció que la recompensa por información que conduzca a los fugitivos ha aumentado a $10,000 por persona, y advirtió que quienes ayuden o encubran a los evadidos serán arrestados.
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La sheriff Susan Hutson confirmó que las cerraduras defectuosas habían sido reportadas reiteradamente, y señaló que el escape fue facilitado por una infraestructura carcelaria deteriorada. En una declaración tajante, afirmó que “no hay manera de que los presos escapen sin ayuda externa”.
Mientras tanto, un grupo de trabajo multiagencia rastrea la región, aunque las autoridades creen que los prófugos siguen en el estado. Se ha alertado a fuerzas policiales de estados vecinos, pero las pistas obtenidas hasta ahora no han dado resultados concluyentes.
Las imágenes del agujero detrás del inodoro, los mensajes obscenos dejados por los presos en las paredes, y la demora en detectar y notificar la fuga han contribuido a un creciente escrutinio público sobre la seguridad y gobernanza penitenciaria en Luisiana. Uno de los grafitis, mal escrito, decía: “Too easy jajaja” (“Demasiado fácil jajaja”).