Libido y bienestar: cómo influyen la alimentación, el ejercicio y la salud mental
La pérdida de libido afecta a millones de personas en todo el mundo.

La disminución del deseo sexual, más conocida como pérdida de libido, afecta a uno de cada cinco hombres y a un número aún mayor de mujeres en algún momento de su vida, según datos del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido.
De acuerdo con los expertos, estas afecciones son multifactoriales y no siempre están relacionadas con un problema mayor. En ocasiones, se asocian con el estrés, cambios en el estilo de vida u otros factores.
Lea además: Ley del hielo o contacto cero: psicóloga explica cómo impactan la salud emocional de las personas
“La salud y la calidad de la vida sexual se relacionan con las emociones, las hormonas, la circulación, la fuerza muscular y, sobre todo, con los hábitos cotidianos, como la alimentación, el ejercicio y la manera de enfrentar las situaciones del día a día”, explica el médico nutriólogo Nataniel Viuniski, miembro del Consejo Consultor de Nutrición de Herbalife.

¿Qué es la libido?
De acuerdo con portales especializados en reproducción y salud íntima, como Gynea, la libido corresponde al deseo sexual que impulsa al ser humano a buscar la intimidad y la conexión con otras personas.
Los expertos señalan que esta varía entre individuos y puede fluctuar con el tiempo, pero sigue siendo esencial en la vida emocional y física.
De interés: Cerebro vs. corazón: la ciencia explica por qué a veces tomamos malas decisiones en el amor
¿Por qué hay pérdida de libido?
El endocrinólogo Diego Fonseca explica que la falta de libido se considera clínicamente relevante cuando persiste durante al menos seis meses. “Es importante considerar la situación individual de cada paciente”, señaló a la BBC.

Cambios en la rutina y fases de la vida
Las modificaciones en la vida cotidiana pueden reducir la libido: estrés, cansancio, cambios de rutina o periodos en los que otras actividades ocupan el tiempo.
“Es común que con el paso del tiempo, en las relaciones monógamas, haya una reducción del deseo espontáneo (independiente del contacto sexual), aunque el deseo responsivo —excitación que surge con estímulos— se mantiene”, explicó Catarina de Moraes a la BBC.
Alimentación
Hoy se habla ampliamente de la importancia de una alimentación balanceada. Estudios publicados en Journal of Sexual Medicine asocian el tipo de dieta con una mejor función sexual y mayor satisfacción, especialmente en mujeres con diabetes tipo 2.
Una dieta nutritiva y rica en grasas saludables, como los ácidos grasos omega 3, vegetales y fibras presentes en la dieta mediterránea, favorece el desempeño sexual. En contraste, dietas muy bajas en grasas pueden reducir los niveles de testosterona en los hombres, hormona directamente relacionada con la libido.
Más noticias: ¿Cuáles son las implicaciones de no tener intimidad en la relación de pareja? Experta lo explica
Ejercicio y deseo sexual
La actividad física regulada mejora la libido en las mujeres. “Ejercicios realizados poco antes de la relación —como una caminata rápida o andar en bicicleta— parecen aumentar la excitación porque estimulan el sistema nervioso y hormonas ligadas al deseo. La práctica constante, durante semanas o meses, también aporta beneficios indirectos al mejorar el humor, la autoestima y la salud cardiovascular, factores que influyen en la satisfacción sexual”, señala Viuniski.
En los hombres, el entrenamiento favorece la función eréctil, según estudios. No obstante, el especialista advierte que “el exceso puede tener el efecto contrario”.
Salud mental y deseo
El estrés, la ansiedad y la depresión afectan de manera negativa la libido, tanto en hombres como en mujeres. Datos publicados en Journal of Sexual Medicine indican que las personas con depresión tienen mayor riesgo de presentar disfunción sexual. “Esto ocurre porque las condiciones emocionales impactan en la producción y regulación de hormonas como la testosterona y el estrógeno, además de elevar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que inhibe la excitación”, explica Viuniski.
El uso de herramientas como la meditación, la respiración profunda y el mindfulness permite reducir el estrés y aumentar la conciencia corporal, lo que favorece la recuperación de la excitación y la satisfacción.
“Así como cuidamos el cuerpo, también necesitamos cuidar la mente. Una rutina que incluya descanso, ocio y autocuidado es clave para mantener la salud sexual”, concluye el médico.