¿Hace inmersión en hielo? Conozca los tres riesgos que podría enfrentar si no sigue las recomendaciones
Esta tendencia recreativa de sumergirse en agua helada podría representar situaciones adversas en la salud.

Sumergirse en agua con hielo se ha convertido en una moda que puede cocinar riesgos a la salud. Desde famosos influencers y deportistas han utilizado por décadas los baldes de hielo para mejorar su estado de salud por sus altas competencias.
No obstante, esta tendencia ha traspasado los límites, amplificándose en redes sociales como una tendencia recreativa que podría representar situaciones adversas entre las personas que la realizan.
Liliana Rojas Muñoz, especialista en Terapéuticas Alternativas y docente de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, advirtió en diálogo con La FM sobre los riesgos de la inmersión en hielo, una práctica que ha ganado popularidad.
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Según explicó, aunque esta técnica se asocia a beneficios físicos y mentales, "sumergirse en hielo durante un tiempo prolongado tiene más riesgos para la salud que beneficios", especialmente en un país tropical como Colombia.
Entre los beneficios reconocidos, la doctora destacó la recuperación muscular tras ejercicios intensos, gracias a la vasoconstricción que disminuye el dolor generado por la acumulación de ácido láctico. También mencionó la posible mejora del estado de ánimo por la liberación de endorfinas y serotonina, así como una respuesta inmunológica inicial por el aumento de glóbulos blancos. Sin embargo, aclaró que estos efectos tienden a disminuir con la repetición de la práctica.
“Es mucho mejor terminar la ducha con 30 segundos de agua fría que exponerse a una inmersión extrema sin preparación”, recomendó.
Indicó también que estudios recientes han demostrado que los efectos de una ducha fría breve pueden ser equivalentes a los de un baño de hielo, pero con menores riesgos.
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Contraindicaciones y efectos adversos: ¿quiénes no deberían practicarlo?
En cuanto a los riesgos de la inmersión en hielo, la doctora Rojas señaló complicaciones cardiovasculares, respiratorias y neurológicas, especialmente en personas sedentarias o con enfermedades preexistentes. “El corazón empieza a bombear más rápido, los vasos colapsan y puede generarse un shock que derive en un paro”, afirmó.
Advirtió que personas con hipertensión, diabetes o enfermedades autoinmunes corren mayor peligro. También indicó que “una persona con lesión en vasos pequeños corre el riesgo de necrosis”, debido a la falta de irrigación en las extremidades.
Los síntomas de alerta incluyen hiperventilación, taquicardia y calambres. “Si el paciente empieza a respirar rápidamente y no puede controlarlo, o presenta dolor en el pecho, debe suspender de inmediato”, señaló.
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Entre los errores más frecuentes, mencionó no consultar al médico, no preparar al cuerpo progresivamente para el frío y exceder los tiempos de exposición. “Una inmersión superior a un minuto puede producir cambios celulares importantes”, advirtió.
También recomendó no realizar la práctica en solitario, evitar ingresar con la cabeza y estar atentos a señales como adormecimiento de extremidades, náuseas o mareo.

Recomendaciones para una práctica segura
La especialista enfatizó la necesidad de consultar con el médico antes de intentar esta práctica. Subrayó que no está indicada para personas con sistema inmunológico comprometido o enfermedades crónicas.
Sugirió realizar una adaptación progresiva al frío, comenzando con duchas de agua tibia, luego fría y finalmente helada. En cuanto al tiempo, recomendó no superar los 3 minutos de inmersión y aclaró que el orden adecuado para contrastes térmicos es primero el hielo y luego el sauna, nunca al revés.
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“Todo cambio térmico debe hacerse con responsabilidad y conocimiento del estado de salud personal”, concluyó.
La especialista insistió en que la responsabilidad médica y el criterio individual son fundamentales para evitar complicaciones.