Acostarse a dormir borracho podría ser muy peligroso: se puede morir

Aunque todos sabemos que consumir alcohol en exceso puede ser perjudicial para la salud, todos, en alguna ocasión, nos hemos pasado de tragos en alguna celebración a tal punto que solo se espera con ansias llegar a descansar.

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Si bien irse a dormir cuando se está alicorado parece una decisión prudente, lo cierto es que irse a acostar en ese estado podría ser fatal, ya que al pasar poco tiempo entre su último trago y el momento en que su cabeza apoya en la almohada podría representar algunos riesgos para su salud.

Esto se debe a que su concentración de alcohol en sangre (BAC) puede seguir aumentando si se queda dormido demasiado rápido después de su último trago. Beber demasiado justo antes de acostarse puede ponerlo en riesgo de intoxicación por alcohol e incluso provocar daño cerebral.

La concentración de alcohol en sangre (BAC) mide la proporción de gotas de alcohol a gotas de sangre en el cuerpo de una persona. (Un BAC de 0,1 indica que un bebedor tiene 1 gota de alcohol por cada 1000 gotas de sangre en su sistema).

Todos los estados de EE. UU. consideran que una persona no es apta para conducir en 0,08, mientras que preocupaciones más graves como vómitos, desmayos y pérdida del conocimiento aumentan en alrededor de 0,16 a 0,3, según los Institutos Nacionales de Salud.

El contenido de alcohol en la sangre puede seguir aumentando después de que una persona deja de beber, y la persona puede ahogarse, entrar en coma, dejar de respirar o morir. La intoxicación por alcohol también puede provocar convulsiones y causar daño cerebral a largo plazo. Los "remedios" caseros como tomar una siesta, tomar una ducha fría, comer o tomar café tampoco ayudarán a los bebedores a recuperarse más rápidamente.

Además, también está el riesgo de morir ahogado porque el alcohol suprime el reflejo nauseoso, por lo que si se desmaya y necesita vomitar, podría ahogarse, especialmente si se acostó boca arriba.

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Asimismo, la falta de sueño a largo plazo puede provocar problemas de salud mental, un sistema inmunológico debilitado, aumento de peso y problemas cardiovasculares, según Sleep Health Solutions.