Recuperación económica con inclusión y generación de oportunidades
El papel de los proveedores es fundamental, a través de ellos se generan empleos.
Los efectos de la pandemia en la economía nacional se evidencian en la disminución del PIB en un 6.8% en el 2020, la peor crisis monetaria del país. Esto supuso un reto para los empresarios colombianos quienes hallaron en la creación de cadenas de valor entre industrias y proveedores en varias regiones, una fórmula para la recuperación de sus empresas. El papel de los proveedores es fundamental, ya que a través de ellos se generan empleos y riqueza en las zonas en donde operan a la vez que animan al consumo de los hogares y la economía. Pero no solo en términos de recuperación económica, sino también el valor y aporte que generan las industrias en las comunidades.
Es por esto que cobra especial importancia la actualización del Manual Operativo de Proveeduría Inclusiva, en el cual se encuentra los Encadenamientos Inclusivos, lanzado por el HUB de Alianzas para la Competitividad Inclusiva con el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional USAID, ACDI/VOCA y la Fundación ANDI. En este, se fomenta la participación del sector empresarial en la construcción de paz y reconciliación mediante la inclusión de poblaciones y territorios tradicionalmente excluidos de las dinámicas económicas del mercado y los beneficios del desarrollo.
En este, se resalta especialmente la importancia del rol del sector privado en la inclusión de población que ha sido víctima del conflicto y territorios tradicionalmente excluidos de las dinámicas de crecimiento como población en situación de pobreza, reintegrados de grupos armados ilegales, discapacitados, minorías y fuerza pública retirada. A pesar de que el gobierno y el sector público pueden brindarle empleo a estas poblaciones, son trabajos a corto y mediano plazo, por lo cual le corresponde al sector privado ponerse al frente de esta situación.
Además de esto, ofrece cinco fases para el desarrollo de encadenamientos inclusivos. La primera etapa es de prefactibilidad, donde se buscan las necesidades que tienen las empresas ancla y se identifican qué emprendimientos podrían suplirlos. Segundo, está la factibilidad, paso en el que se establecen las deficiencias que tienen las compañías de proveedores y se busca cómo la empresa ancla podría atenderlas. Tercero, en el alistamiento, se concretan los apoyos y las condiciones legales de la alianza. Cuarto, llega la ejecución, que consta de seguimiento continuo del plan; esta fase puede durar de uno a cinco años. Cinco, se hace el cierre, buscando documentar las experiencias.
Por otro lado, dentro de un panorama más general, del cual el encadenamiento inclusivo hace parte, el manual brinda 4 modalidades que recomienda a las empresas para fomentar la competitividad inclusiva. El empleo inclusivo, en el cual se busca vincular a población vulnerable de manera sostenible, mejorando sus procesos internos y alianzas estratégicas. Compras inclusivas, en donde se brindan herramientas para hacer las compras operativas de los negocios a emprendimientos de población vulnerable. Distribución inclusiva que apoya en el acompañamiento a las empresas en el fortalecimiento de organizaciones productivas de población vulnerable quienes buscan distribuir sus productos o servicios.
Este manual se puede encontrar en las páginas web de los aliados y explica en detalle cómo adelantar cada fase y hace un acompañamiento total, tanto a los proveedores, como a las empresas ancla.