ONU lanza alerta: cinco pueblos indígenas de la Sierra Nevada podrían desaparecer
El riesgo de extinción física y cultural es real, advierte la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas

Los pueblos indígenas que habitan la majestuosa Sierra Nevada de Santa Marta —kogui, arhuacos, wiwas o arzarios, y kankuamos— enfrentan hoy una amenaza tan grave como invisible para muchos: la posibilidad de extinción física y cultural. Así lo advirtió con contundencia el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en Colombia, Scott Campbell, tras una visita al territorio.
En un contexto dominado por la violencia armada, el abandono estatal y las múltiples violaciones a los derechos humanos, Naciones Unidas prendió las alarmas sobre lo que podría convertirse en una tragedia irreversible en el corazón espiritual del norte de Colombia.
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Un territorio sagrado asediado por la guerra
Situada entre los departamentos de La Guajira, Magdalena y Cesar, la Sierra Nevada de Santa Marta es mucho más que una maravilla natural frente al mar Caribe. Este ecosistema único —con cumbres nevadas a tan solo 42 kilómetros del mar— es el hogar ancestral de pueblos que han conservado sus culturas, lenguas y cosmovisiones por siglos.
Sin embargo, hoy ese equilibrio está en riesgo.
“El riesgo de extinción física y cultural de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta es real. Es una tragedia que podemos y debemos prevenir”, expresó Campbell al cierre de su visita de dos días al territorio.
La advertencia de la ONU no es nueva, pero ahora se presenta con mayor urgencia. Según el organismo, desde 2022 la violencia territorial ha aumentado dramáticamente, impulsada por la disputa entre grupos armados ilegales por rutas del narcotráfico y otras actividades ilícitas.
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Grupos armados, violencia sistemática y desplazamiento
Los pueblos indígenas de la Sierra Nevada están siendo víctimas de múltiples formas de violencia:
- Ataques directos a sus comunidades
- Restricciones a la movilidad en su propio territorio
- Desplazamientos forzados masivos
- Intervenciones armadas que afectan sus prácticas culturales, espirituales y de gobierno propio
Solo en lo que va de 2024, al menos 600 indígenas del pueblo wiwa han sido desplazados, según cifras documentadas por la Oficina de ONU Derechos Humanos.
En paralelo, se han registrado masacres, cuerpos abandonados con signos de tortura y asesinatos de personas defensoras, particularmente en La Guajira y Magdalena, zonas claves de acceso a la Sierra Nevada.
Los datos son claros: desde 2022, el número de homicidios en los municipios del área ha aumentado notablemente, dejando una huella de terror en poblaciones históricamente marginadas.
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Las mujeres: entre la vulnerabilidad y el abandono
Uno de los aspectos más alarmantes señalados por la ONU es la situación crítica de las mujeres y niñas indígenas, quienes enfrentan una combinación letal de violencia, desigualdad estructural y barreras culturales.
“La situación de las mujeres indígenas se parece a la del siglo X”, afirmó Campbell con contundencia, luego de escuchar de primera mano sus testimonios.
Según el organismo, estas mujeres:
- Enfrentan grandes dificultades para acceder a la justicia
- No cuentan con rutas de atención con enfoque étnico ni protección efectiva
- Sufren violencia sexual, amenazas y persecución
- Encuentran enormes obstáculos para salir de sus territorios y pedir ayuda
Durante los encuentros con las comunidades, muchas mujeres exigieron al Estado garantías mínimas para la supervivencia de sus pueblos, así como servicios de salud adecuados para niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia.
Una respuesta estatal calificada como “insuficiente”
A pesar del creciente riesgo humanitario y cultural, la ONU señaló con preocupación la falta de una respuesta eficaz por parte del Estado colombiano.
“La respuesta ha sido, lamentablemente, insuficiente”, aseguró Campbell, quien hizo un llamado directo al gobierno nacional para que actúe de manera decidida.
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El Alto Comisionado pidió que se implementen medidas urgentes que protejan no solo a los pueblos indígenas de la Sierra Nevada, sino a todas las comunidades étnicas en riesgo en Colombia. Estas medidas deben incluir:
- Protección colectiva del territorio
- Reconocimiento del gobierno propio y sus sistemas de justicia
- Educación, salud y seguridad adaptadas a sus contextos culturales
- Acceso efectivo a la justicia con enfoque diferencial
Un patrimonio cultural al borde del colapso
La Sierra Nevada no es solo un enclave geográfico. Es un territorio sagrado para sus pueblos indígenas, quienes la consideran el corazón del mundo. Sus prácticas ancestrales, su conexión con la tierra y su forma de gobierno tradicional constituyen un patrimonio inmaterial invaluable, no solo para Colombia, sino para la humanidad.
Hoy, sin embargo, ese legado corre peligro. La violencia, la negligencia estatal y la indiferencia social podrían borrar siglos de historia, conocimientos y tradiciones en apenas unos años.