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Estas son las tácticas de los reclutadores de menores en el Catatumbo: Profesora del Catatumbo lo revela

Los grupos armados ofrecen dinero fácil a los niños, aprovechan su necesidad y deseo de ayudar económicamente en el hogar.

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Actualizado:
Lunes, Mayo 12, 2025 - 13:31
Reclutamiento de menores por grupos armados al margen de la ley
En el Cauca, el Ejército ha rescatado en los últimos meses 50 niños, niñas o jóvenes que estaban al interior de los grupos armados la margen de la ley.
Cortesía: Ejército Nacional

El reclutamiento forzado de menores sigue siendo una de las mayores tragedias en Colombia, afectando principalmente a niños, niñas y adolescentes de regiones vulnerables. En el Catatumbo, Norte de Santander, donde la guerra deja daños irreparables, la profesora que ha vivido esta dura realidad comparte su testimonio sobre cómo los grupos armados han usado la pobreza y la necesidad para atraer a los más jóvenes a sus filas.

En una entrevista con La FM de RCN Radio, la docente relató cómo empezó a notar el fenómeno del reclutamiento tras un aumento en la deserción escolar. “Lo empecé a notar a raíz de la deserción escolar que se estaba viviendo en ese momento. Los niños decían que iban a raspar hoja de coca y regresaban después de dos semanas, pero muchos no volvieron”, relató. "Esta situación afectó gravemente la educación en la zona, pues los niños se ausentaban, no por vacaciones, sino por ser obligados a participar en actividades ilícitas".

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Los reclutadores, según la profesora, aprovechan la vulnerabilidad de las familias. “Ellos se aprovechaban de la situación socioeconómica de los hogares, ofreciendo dinero fácil a los niños, quienes querían contribuir económicamente a sus casas. Los grupos armados les ofrecían ‘plaza fácil’”, explicó. Sin embargo, detrás de esas promesas, había una manipulación psicológica que llevaba a los menores a formar parte de una guerra que no entendían completamente.

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La profesora recordó un caso que la marcó en el Catatumbo: “Una señora tenía tres hijos, dos varones y una niña. Los varones fueron llevados a raspar coca, y cuando llegaron los guerrilleros, los reclutaron. La madre intentó buscarlos, pero no pudo hacer nada. A los tres meses, el hijo mayor fue asesinado”.

"La violencia y el sufrimiento se convirtieron en una rutina para muchas familias, pues los niños que eran reclutados dejaban vacíos no solo en sus hogares, sino también en sus comunidades educativas", añade la profesora.

Además de los grupos armados, la profesora relató cómo las estrategias de reclutamiento se infiltraron en las mismas instituciones educativas, incluso matriculando a adultos en los colegios para que se hicieran pasar por jóvenes. Esta táctica permitió a los grupos armados ganar más control sobre la juventud de la región. “Algunos de los reclutadores se matriculaban en el colegio, y aunque parecían jóvenes, muchos de ellos ya tenían más de 18 años”, comentó.

Los incentivos para los niños eran principalmente promesas de poder, dinero e independencia, cosas que en sus contextos de pobreza parecían una salida. “Les decían que podían escalar dentro de los grupos armados, que podían llegar a ser mandos medios, y eso les ofrecía una falsa sensación de poder”, relató la docente.

Este reclutamiento no solo afectaba a las familias, sino también a las metas educativas. El constante éxodo de estudiantes reducía drásticamente la matrícula escolar, dejando a muchos maestros desmotivados. “Comenzábamos con 30 o 35 niños y terminábamos con 12 o 15. Es muy desmoralizante para un docente”, expresó.

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A pesar de la normalización del reclutamiento en algunas áreas, la profesora aseguró que la comunidad no resistió adecuadamente. Muchos padres, temerosos por la seguridad de sus hijos, enviaron a sus niños a vivir con familiares en otras ciudades. “Algunos padres retiraron a sus hijos de la escuela para mandarlos a otras partes del país, pero en muchos casos los niños ya no volvieron”, afirmó.

El apoyo del Estado y de organismos internacionales ha sido insuficiente, según la docente. Las campañas de sensibilización, a pesar de su presencia en medios de comunicación, no han llegado a las comunidades más afectadas. “Las campañas en medios de comunicación son poco efectivas en estas zonas, donde la gente no escucha radio ni ve televisión. El día a día de la gente es trabajar y sobrevivir”, explicó.

Por otro lado, la profesora también cuestionó los efectos del proceso de paz con las guerrillas, que no garantizó la protección de los menores en las zonas de conflicto. “El proceso de paz creó un vacío en la protección de los niños, y aunque hubo una reducción temporal de los ataques, los grupos armados no entregaron sus armas, lo que permitió que continuaran reclutando niños. El acuerdo no solucionó el problema”, denunció.

El fenómeno del reclutamiento forzado de menores sigue siendo una realidad en muchas zonas de Colombia, a pesar de los esfuerzos para erradicarlo. La normalización de este delito dentro de las comunidades, y la falta de una respuesta eficaz, continúan siendo grandes desafíos para proteger a los niños y adolescentes del país.

 

Fuente:
Sistema Integrado de Información