La abuela del menor insistió que su nieto tomó alcohol por equivocación; argumentó que el niño se encontraba con otros primos y sacaron una botella de vino, pero como era de color transparente, se la tomó pensando que era agua.
Momentos más tarde notaron que el comportamiento del menor era anormal; se reía descontroladamente, se tambaleaba al caminar y hablaba con dificultad, motivo por el que lo llevaron a urgencias.
El menor fue atendido en el Camino Santa María donde los médicos le diagnosticaron intoxicación por bebidas alcohólicas.
La Policía de Infancia y Adolescencia conoció el caso y se encuentran adelantando la investigación.