Bogotá enfrenta riesgo energético si no se terminan líneas clave, dice el presidente de Grupo Energía Bogotá
Ortega alertó que, si estas obras no se terminan a tiempo, Bogotá enfrentará una crisis energética en 2027.

En medio de la creciente preocupación por un posible racionamiento de energía en el país, el presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB), Juan Ricardo Ortega, anunció que el proyecto Colectora, una de las obras más esperadas para conectar la energía renovable del norte al centro de Colombia, estará listo en agosto de 2026. El anuncio se dio en entrevista con LA FM desde Cartagena, durante el Congreso anual de Andesco.
La noticia llega como parte de una alianza estratégica entre el Ministerio de Minas y Energía y el GEB, que busca acelerar la transición energética en Colombia. Colectora es una infraestructura clave que permitirá transportar más de 1.000 megavatios (MW) de energía limpia —generada en los parques solares y eólicos de La Guajira— al Sistema Interconectado Nacional.
“Vamos a terminar la primera línea hasta Cuestecitas y esperamos en septiembre inaugurarla. Ya llevamos más de 100 cimentaciones. Hemos logrado un diálogo razonable con las comunidades. Es lento, es difícil, pero se puede”, aseguró Ortega, quien destacó el trabajo social realizado en una de las regiones más complejas del país para este tipo de proyectos.
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Bogotá está “muy mal” en infraestructura eléctrica: más de 3.000 viviendas siguen sin energía
Durante la entrevista, Ortega fue enfático al describir el panorama actual de la red eléctrica en Bogotá y municipios cercanos como Zipaquirá y Tocancipá, donde más de 3.000 viviendas continúan sin acceso a electricidad por la falta de capacidad de las redes existentes.
“Estamos muy mal. En el noroccidente de Bogotá ya no se puede construir nada adicional. Hay proyectos habitacionales detenidos porque no hay cómo llevarles energía. El riesgo es real”, aseguró.
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Las principales obras pendientes —como la línea de Sogamoso y la subestación norte— deberían haberse completado desde 2015, pero aún faltan más de 300 torres por construir. Ortega explicó que los retrasos obedecen, en gran parte, a disputas con comunidades, así como a trámites ambientales que no se han resuelto.
“Yo personalmente le pido disculpas a las comunidades. En su momento se tomó una estrategia jurídica que no fue la mejor. Hoy estamos comprometidos con el diálogo. No somos una aplanadora”, afirmó.
Ortega alertó que, si estas obras no se terminan a tiempo, Bogotá enfrentará una crisis energética en 2027. “La ciudad está creciendo, se construyen viviendas, oficinas, centros comerciales… pero no hay red para soportarlo. Y si no resolvemos eso, no habrá salida”, advirtió.
Además de abordar el tema de Bogotá, Ortega se refirió al avance de Colectora, obra que permitirá conectar más de 1.000 megavatios de energía limpia al Sistema Interconectado Nacional desde La Guajira. Destacó que en septiembre se espera inaugurar la primera línea hasta Cuestecitas y que ya se han instalado más de 100 cimentaciones.
“Es lento y difícil, pero hemos logrado un diálogo razonable con las comunidades. Cada día se entiende más que Colombia tiene ahí una oportunidad inmensa”, expresó.
También defendió la competitividad de la energía eólica: “Cuando se pensó, se vendía a 200 o 250 pesos el kilovatio-hora. Es barata. Es una tristeza que no se hayan podido hacer los proyectos porque estamos perdiendo una gran oportunidad”, dijo.
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En cuanto al gas natural, Ortega fue tajante: “Colombia ya perdió la seguridad energética en gas”. Advirtió que el país enfrentará serias dificultades a partir de 2028 si no se toman decisiones urgentes sobre reservas, precios y contratos a largo plazo.
“Los campos de Cusiana y Cupiagua están en declive. El gas se está vendiendo casi al doble de lo que costaba hace tres años. Y hay importadores que lo están vendiendo hasta en 24 dólares el millón de BTUs. Eso afecta directamente a hogares e industria”, sostuvo.
Finalmente, Ortega hizo un llamado al Gobierno para que acelere las regulaciones y destrabe los proyectos energéticos que están estancados: “Tenemos poco tiempo. Hay que actuar ya”.