Durante más de 1.600 años, los restos del Faro de Alejandría —una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo— permanecieron ocultos bajo las aguas del Mediterráneo.
Pero recientemente, tras una operación arqueológica, un equipo internacional logró recuperar 22 bloques monumentales pertenecientes a la estructura original, lo que abre un nuevo capítulo en el estudio y la reconstrucción digital del emblemático monumento.
El descubrimiento, liderado por arqueólogos del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) y el Centro de Estudios Alejandrinos, forma parte del ambicioso proyecto internacional PHAROS. La misión busca no solo recuperar las piezas sumergidas, sino también escanearlas con tecnología avanzada para crear un gemelo digital del faro, cuya imagen real se perdió en la historia tras varios terremotos entre los siglos XIII y XIV.

¿Qué encontraron los arqueólogos bajo el mar Mediterráneo?
Los tres informes coinciden en que la extracción de los bloques representa un hito técnico histórico. Las piezas recuperadas —cada una con pesos entre 70.000 y 80.000 kilos— corresponden a elementos fundamentales de la entrada monumental del Faro de Alejandría: dinteles, jambas, umbrales y losas del pavimento, que formaron parte del sistema arquitectónico que combinaba técnicas griegas con elementos iconográficos egipcios.
Uno de los hallazgos más llamativos es un pilono desconocido, una estructura con puerta de estilo egipcio pero fabricada con técnica griega, que hasta ahora no figuraba en las reconstrucciones históricas del faro. Este descubrimiento podría aportar nuevas pistas sobre la evolución arquitectónica del edificio.
La extracción se llevó a cabo con una barcaza y una grúa de gran capacidad, operación financiada en parte por GEDEON Programmes, productora que ya participó en los trabajos arqueológicos de 1995 y actualmente documenta esta nueva fase para un próximo largometraje científico.
Aunque las ruinas habían sido identificadas desde 1968, no fue hasta 1994 cuando el arqueólogo Jean-Yves Empereur documentó más de 3.300 piezas en el puerto oriental de Alejandría, incluyendo obeliscos, esfinges y colosales bloques de granito. Sin embargo, hasta ahora no había sido posible levantar los fragmentos de mayor tamaño debido a las limitaciones tecnológicas.

¿Para qué servirá este hallazgo y cómo será la reconstrucción digital del Faro de Alejandría?
Con las piezas ya fuera del agua, la misión PHAROS inicia su siguiente fase: cada fragmento será sometido a fotogrametría de alta precisión, permitiendo escaneos tridimensionales que pasarán a manos de ingenieros y expertos en modelado digital de la Fundación Dassault Systèmes.
La meta es reconstruir el Faro de Alejandría en un entorno virtual, pieza por pieza, como si se tratara de un gigantesco rompecabezas arqueológico.
Este “gemelo digital” permitirá a investigadores y al público recorrer la maravilla tal y como se alzaba en el siglo III a. C., cuando, con más de 100 metros de altura, se convirtió en el faro más famoso del mundo antiguo y en uno de los edificios más altos jamás construidos por la humanidad hasta entonces.

El proyecto también recopila descripciones, monedas antiguas y representaciones históricas desde el siglo IV a. C. hasta su desaparición en el siglo XV, cuando sus últimas piedras fueron reutilizadas para erigir la fortaleza de Qaitbay en 1477.
Esta combinación de arqueología tradicional y modelado digital no solo permitirá estudiar cómo fue construido el faro y por qué colapsó, sino que podría reescribir aspectos esenciales de la ingeniería antigua.
Para los investigadores, el Faro de Alejandría empieza así a “recuperar, al menos en el mundo virtual, la majestuosidad con la que iluminó el Mediterráneo durante más de un milenio”.