La situación en Cimitarra, Santander, ha alcanzado niveles críticos tras la declaración de calamidad pública debido al colapso de torres eléctricas.
Este desastre, provocado por la remoción en masa, ha dejado a gran parte del municipio y sus alrededores sin suministro eléctrico desde el 30 de octubre.
La emergencia no solo afecta a Cimitarra, sino también a los municipios de Bolívar, Landázuri y Puerto Parra, intensificando la crisis en la región, con lo cual afectó a cerca de 20 mil habitantes.
Las autoridades locales han actuado rápidamente, reconociendo la gravedad de la situación. El alcalde, Luis Hernando Santa María, ha liderado esfuerzos para coordinar la respuesta de diferentes entidades, incluyendo la Policía Nacional y el Ejército, en un Comité Municipal de Gestión del Riesgo. Esta colaboración busca mitigar los efectos de la calamidad y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
La falta de energía eléctrica ha tenido un impacto significativo en la atención de salud, especialmente en el Hospital E.S.E. Integrado San Juan, donde muchos pacientes dependen de equipos eléctricos para su tratamiento.
La situación se torna aún más preocupante, ya que la crisis afecta la capacidad del hospital para brindar atención adecuada en un momento en que la salud de la comunidad es prioritaria.
Asegura el director de Gestión de Riesgo de Santander, Eduard Sánchez, que “las condiciones climáticas adversas, con lluvias intensas y deslizamientos de tierra, han sido las principales causas del colapso de las torres eléctricas. Los daños en la infraestructura han dificultado el acceso a las zonas afectadas, lo que ha ralentizado las labores de reparación y restablecimiento del servicio. La población espera con ansiedad que se tomen medidas efectivas para restaurar la normalidad”.
Además de la crisis eléctrica, el suministro de agua potable también se ha visto comprometido. Aguas de Cimitarra ha implementado un plan de contingencia utilizando paneles solares y plantas eléctricas para garantizar el acceso al agua, un recurso vital en medio de esta emergencia. Sin embargo, la situación sigue siendo precaria, y los ciudadanos enfrentan múltiples desafíos.
La seguridad se ha convertido en una preocupación adicional en el contexto de esta calamidad. La oscuridad de la noche ha llevado a un aumento en las patrullas de la policía y el Ejército, quienes trabajan para mantener el orden y la tranquilidad en la comunidad. La sensación de vulnerabilidad se ha intensificado, y la población clama por una solución rápida a sus problemas.
A medida que las autoridades continúan evaluando la situación, la comunidad de Cimitarra se une en la esperanza de que se restablezca el servicio eléctrico y se garantice la seguridad y bienestar de todos sus habitantes. La resiliencia de la población se pone a prueba, pero la solidaridad y el apoyo mutuo son más necesarios que nunca en estos momentos difíciles.