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La misión Gaia lleva cinco años buscando dibujar el mapa tridimensional más grande y preciso de la Vía Láctea. Aunque al terminar, este atlas de 1 billón de estrellas representará realmente un 1% de la carga útil celestial de la Vía Láctea, también realizará un gran aporte para comprender con profundidad de dónde venimos.
Es tal la importancia del proyecto que los científicos de la ESA han comparado el desafío de la misión con el intento de medir el diámetro de un cabello humano a 1,000 kilómetros de distancia, pues los cálculos y análisis a los que se someten los datos recolectados deben ser muy precisos.
Por esta razón, el equipo de científicos utiliza tecnología de punta, como el Lenovo NeXtScale para procesar grandes volúmenes de datos y asegurarse de no perder ninguno de ellos, pues se espera que al finalizar el proyecto el archivo final represente un millón de gigabytes de datos.
Gracias a la nave espacial Gaia de 2.000 kg y 10 metros de ancho, ha sido posible medir las estrellas, los planetas, cometas y asteroides, pues a medida que la nave espacial gira lentamente alrededor del sol, sus telescopios realizan una exploración ininterrumpida del cielo y permiten realizar mediciones de velocidad posicional y radial.
Hasta ahora, el primer lote de datos de la misión que recopiló 500 mil millones de mediciones de datos ya fue distribuido dentro de la comunidad científica para realizar los análisis pertinentes e ir avanzando en el proyecto.
