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El empresario Carlos Mattos pasó del cielo al infierno, tras ser trasladado de la cárcel de La Picota a la de Cómbita en Boyacá, tras el escándalo de sus salidas clandestinas.
Se conoció en exclusiva que en una fría y sombría celda, construida en similares condiciones a las de las cárceles de máxima seguridad de Estados Unidos, permanece el expresidente de Hyundai, quien está siendo además procesado por los millonarios sobornos que ofreció y pagó a dos jueces de la República y a varios funcionarios de la Rama Judicial para que con sus decisiones lo favorecieran en el litigio judicial que protagonizó hace varios años.
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De una celda VIP con cama doble y baño privado, el empresario ahora está en una de dos metros de largo por dos metros de ancho en la que solamente hay espacio para un baño y muy poca intimidad.
Al parecer, Mattos está en una celda de dos por dos, baja iluminación e infraestructura más robusta, en un área con diseño tipo cárcel americana. El régimen en esa cárcel es de los mas estrictos del país además tendrá escaso contacto con los otros privados de la libertad.
El nuevo escándalo que involucra no solo al polémico empresario, sino también al Inpec, se registra en medio de la negociación de dos preacuerdos por dos casos de corrupción judicial y por los que pagaría alrededor de siete años de prisión, además de una multa de dos millones de dólares.
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A raíz de estos hechos, el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Justicia y del Derecho, destituyó al director del Inpec, general Mariano Botero Coy y también al director de la cárcel La Picota, coronel Wilmer Valencia, además de otras medidas que buscan endurecer las condiciones en los centros de reclusión para evitar que se concedan este tipo de privilegios.
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