En una operación de la Policía y la Interpol fueron capturados en Medellín los miembros de una misma familia que mediante engaños llevaban mujeres a la China para someterlas al delito de trata de personas en la modalidad de explotación sexual.
Dicha organización delinquía en Medellín, en el barrio La Loma y estaba compuesta por cuatro personas; una mujer, ‘Erika’, cabecilla de la organización, su hijo (‘Brian’), el hermano de ella (‘Javier’) y su esposa (‘Diana’).
Captaban mujeres de escasos recursos y de barrios aislados de Medellín, y les ofrecían falsas ofertas laborales en el exterior. Cuando lograban engañar a las víctimas las trasladaban hasta China, en donde las sometían a la prostitución.