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En los casos de abuso, las familias de las víctimas sufren y tienen toda clase de sensaciones en contra de los perpetradores, incluso de venganza, cuando consideran que la justicia no contempló una condena justa. Sin embargo, hubo un importante caso en el que un padre de familia no soportó el delito en contra de su pequeño hijo y decidió tomar justicia por mano propia.
En 1984, la familia Plauché, en Estados Unidos, vivió momentos traumáticos, luego de que secuestraran a su hijo Jody, de 11 años. El responsable del secuestro fue Jeffred Doucet, el profesor de Karate del pequeño.
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El profesor de Karate llevó desde Luisiana, hogar de Jody y su familia, hasta un motel en California; al otro lado de Estados Unidos, con el fin de evitar ser descubierto.
En ese lugar abusó sexualmente del niño por varias semanas, hasta que el mismo Jody un día logró llamar a su madre y ser rescatado un mes después de su desaparición.
Jody regresó a los brazos de su familia, mientras que Doucet, que tenía 25 años, fue trasladado en avión hasta Luisiana. En ese aeropuerto, era mucho el revuelo por la llegada del criminal, por eso el padre de Jody, Gary Plauché, se camufló en el aeropuerto.
Una vez el abusador fue entregado a la custodia de la Policía. Los oficiales no estuvieron los suficientemente atentos al accionar del padre de la víctima quien, camuflado con una gorra y anteojos de sol, sacó un arma y le disparó un tiro en la cabeza al profesor de karate.
Tras recibir el disparo en la cabeza, el abusador quedó en coma y murió al día siguiente. Por el crimen, Gary estuvo en la cárcel pocos días.
A continuación el video de esos hechos que quedaron captados en televisión en vivo:
¿Qué pasó después?
Los oficiales que llevaban a Doucet, rápidamente redujeron a Gary, pero jamás fue sentenciado a prisión. El juez determinó que había sido homicidio incoluntario, y no consideró que Gary Plauché fuera un peligro para la sociedad.
Recientemente Jody Plauché dio una entrevista al diario The Sun, en la que habló sobre la venganza de su padre. "Entiendo por qué hizo lo que hizo, pero fue algo tonto, ya que era más importante tener a un padre que me ayudara a superar mis traumas, que tener a un padre en la cárcel".
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Jody reveló que su padre jamás se arrepintió de lo que había hecho. También dijo que la iglesia a la que asistía, le había concedido ‘la absolución’, porque había actuado para proteger a su familia.
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