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El desmonte de las restricciones para perforar en el 90 por ciento de las aguas estadounidenses en el Atlántico, Pacífico y Ártico encendió las alertas de los ambientalistas por el impacto que puede tener en refugios naturales frágiles.
Justamente, para proteger ecosistemas marinos sensibles, la administración Obama reforzó la protección del 94 por ciento de las áreas marinas en las cuales no de desarrollan actividades petroleras.
El gobierno abrirá una licitación para 47 zonas de extracción de gas y petróleo a partir del 2019 y hasta el 2024.
Esta iniciativa se suma al desmonte de parte de la regulación para la explotación de petróleo a través de la técnica de Fracking y al debilitamiento de las sanciones económicas contra las empresas petroleras que se vean involucradas en accidente de derrame de petróleo con afectaciones ambientales.
El diálogo con LA FM, Luisa Viscidi, directora del programa de energía, cambio climático e industrias extractivas del diálogo interamericano, explicó que la medida en efecto es un cambio drástico pero no cree que tenga un impacto económico real, porque en este momento en el mundo hay un exceso de petróleo y con los precios actuales del barril no sería rentable perforar en parte de las áreas que saldrían a licitación.
