El exembajador de Estados Unidos en Colombia Kevin Whitaker afirmó en entrevista con La FM que las recientes señales militares anunciadas por el presidente Donald Trump frente a Venezuela responden, según dijo, a un esfuerzo de presión y no a una operación inminente. Señaló que mantener activos estratégicos implica costos significativos y situó al mandatario estadounidense en una posición compleja.
Whitaker indicó que el despliegue naval, incluido el portaaviones Gerald Ford, sirve para “aumentar la temperatura” sobre Nicolás Maduro y describió que una retirada sin resultados sería “muy embarazoso”. Explicó que la estrategia del gobierno estadounidense busca, en sus palabras, “presionar un cambio” sin haberse definido un objetivo concreto ni un camino claro hacia ese fin.
Sobre el mensaje de Trump a Colombia, señaló que el mandatario estadounidense es “impredecible”, pero sostuvo que una acción militar directa enfrenta obstáculos. Afirmó que los laboratorios de cocaína “no son un blanco” que justifique el uso de armamento de alto costo y relacionó el tema con la “relación muy difícil” entre ambos presidentes.
Sobre la reacción del presidente Gustavo Petro, quien advirtió que un ataque sería una agresión a la soberanía, Whitaker sostuvo que el mandatario colombiano “no va a querer un ataque”, pero agregó que ve en la situación una ocasión para presentarse como voz crítica frente a Estados Unidos. Indicó que Petro aprovecha la oportunidad para llamar a la “solidaridad de la región”.
¿Qué implican las presiones militares de Estados Unidos?
Whitaker comparó la dinámica actual con la acumulación de tácticas sin un propósito definido. Afirmó que la administración Trump ha recurrido a sanciones y demostraciones militares, pero que “no hay estrategia” y “no hay un fin definido”. Según relató, esta situación obliga a repetir tácticas que no han producido cambios visibles en la permanencia de Maduro en el poder.
El exembajador afirmó que la permanencia de Maduro es un factor que condiciona las decisiones en Washington. Recordó que, tras la muerte de Hugo Chávez, se asumía que Maduro no permanecería mucho tiempo, pero destacó que “aquí estamos 13 años después”. Expuso que esta continuidad sostiene la presión retórica y la posibilidad de que Trump “aumente la presión” sin dar pasos adicionales.
¿Puede haber una intervención militar en Venezuela?
Sobre una eventual acción armada, Whitaker afirmó que el gobierno estadounidense se ha opuesto históricamente a operaciones que impliquen “botes en la tierra”. Señaló que dentro del electorado de MAGA existe resistencia a “otra guerra para siempre”, un tema que, según dijo, fue central en la campaña de 2016. Destacó que este factor limita la posibilidad de una intervención directa.
Whitaker recordó que sectores opositores en Venezuela, incluida María Corina Machado, han manifestado que no anticipan un conflicto prolongado si ocurre un cambio de gobierno. Indicó que dichos líderes aseguran estar listos para asumir el poder y evitar escenarios prolongados. Concluyó que, aunque Trump es “impredecible”, la presión se mantiene principalmente en el plano retórico.
El exembajador reiteró que cualquier decisión futura dependerá exclusivamente de evaluaciones internas estadounidenses en curso.
*Este contenido fue escrito y producido por una inteligencia artificial bajo supervisión y curaduría de un periodista de La FM.