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Sebastián Marset, vinculado al caso Pecci, está dispuesto a entregarse con condiciones

El narcotraficante uruguayo Sebastián Marset envió una carta desafiante a medios, defendió a su familia y atacó a países investigadores.

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Actualizado:
Miércoles, Junio 4, 2025 - 12:30
Sebastián Marset
Marset se hizo pasar por futbolista y se fugó de las autoridades
AFP

El narcotraficante uruguayo Sebastián Marset volvió a irrumpir en el escenario público, esta vez mediante una extensa y desafiante carta enviada a varios medios de comunicación, en la que defiende a su familia, reconoce su situación judicial y ataca sin rodeos a los países que lo investigan. La misiva, de tono provocador y cargada de insultos, fue consignada este martes por Radio Carve. 

El lunes la fiscalía paraguaya le comunicó a sus homólogos colombianos que Marset está siendo investigado como uno de los posibles “participantes intelectuales” del asesinato contra el fiscal paraguayo antimafia Marcelo Pecci mientras estaba de vacaciones en la isla de Barú en el 2022. 

Marset, quien se escapó de Bolivia en julio de 2023, había utilizado antes otras vías para comunicar sus mensajes: un video grabado en la clandestinidad, audios enviados a la prensa e incluso una entrevista a la televisión uruguaya. Ahora, tras la detención en Paraguay de su esposa, Gianina García Troche, acusada de lavado de activos y vínculos con el narcotráfico, decidió escribir una carta en la que arremete contra gobiernos, fiscales y colaboradores caídos en desgracia.

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“Uruguay: me fui en el año 2018 y nunca más volví. No entiendo cuál es el deseo sexual que tienen conmigo, por qué no se ocupan mejor de los problemas del país y se olvidan de mí”, escribió Marset en una de las frases más provocadoras del comunicado, dirigido —según sus palabras— a “cada uno de los países” que lo persiguen. Asegura que está lejos desde hace siete años y acusa a los Estados de utilizar su imagen para encubrir otros problemas.

Sobre Bolivia, el último país donde se lo vio públicamente antes de su fuga, fue más allá: “El narcotráfico es el crecimiento del país; el país se sustenta de eso (...). Tampoco hay una puta prueba contra mí ni mi familia”, dijo, negando los cargos y acusando a las autoridades de haber fabricado un caso contra él por motivos económicos.

También se refirió a Estados Unidos, al que calificó con desprecio como “esos malditos gringos”, y al uruguayo Federico Santoro, acusado de integrar su red criminal, a quien llamó “sapo”, término usado en la jerga del hampa para referirse a un delator. “Yo no soy cambista. Yo manejo mi rubro bien manejado y no me meto en los trabajos de otros”, aseguró.

La situación de su esposa en Paraguay, recluida desde la semana pasada, ocupa un lugar central en la carta. Marset afirma que García Troche está aislada, sin televisión en su celda, y tratada como una delincuente peligrosa, pese a que, según él, “no ha cometido ningún tipo de delito en toda su vida”. “Respeten el narcotráfico, dejen de meterse con mi familia”, exigió.

En un tono cada vez más beligerante, advirtió que “si van a seguir haciendo una persecución a mi familia, más vale que tengan los huevos bien puestos” y dijo tener “media ciudad tomada”, aunque no precisó de cuál se trata. Luego, lanzó una frase que resume su estrategia: “Con tiempo y dinero voy a solucionar mi problema”.

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En otro pasaje, reconoció que existen pruebas en su contra, pero sostuvo que no son válidas por supuestas irregularidades legales en los procesos de entrega. “Acepto que las tienen, porque no soy mentiroso ni me creo que gané dinero jugando al fútbol, pero no les sirven de nada”, escribió.

Sobre la posibilidad de que esté refugiado en Venezuela, Marset no lo desmintió. “Al menos aquí hay un presidente que tiene los huevos bien puestos. Es un narcogobierno, pero no lo niega”, afirmó, en clara alusión a Nicolás Maduro, y contrastó esa actitud con lo que llamó la hipocresía de Paraguay, al que acusó de “lamerle los huevos a Estados Unidos y traficar sin parar”.

En la parte final del texto, reveló que sus abogados intentaron negociar con el fiscal general de Paraguay un acuerdo para su entrega a cambio de no encarcelar a sus familiares, pero que la propuesta fue rechazada. Cerró el mensaje con un tono pragmático: “Si en algún momento quieren llegar a un acuerdo conmigo, mis abogados pueden sentarse a escuchar, pero dejen a mi familia en paz. Yo sé que nada es gratis, pero digan la cifra y terminemos con esta farsa”.

La carta de Marset deja entrever no solo el estado emocional del narcotraficante, sino también su estrategia para deslegitimar a los gobiernos que lo buscan, proteger a su núcleo familiar y mantener su imagen como jefe de una estructura que aún desafía a la justicia continental.

Fuente:
Sistema Integrado de Información