"Necesitamos más electricistas y plomeros que graduados de Harvard": vocera de la Casa Blanca
La jefa de prensa de la Casa Blanca habló de la visión de la política educativa del presidente Donald Trump, con un enfoque que ha recibido múltiples críticas.

La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó este martes en Fox News que la administración del presidente Donald Trump planea tomar medidas en relación con la financiación federal a instituciones como Harvard, argumentando que los recursos del gobierno deberían destinarse a centros de formación técnica y profesional antes que a universidades que, según la administración, promueven “valores antiamericanos”.
“Vi a los medios de cable de izquierda, CNN, en mi televisión en la Casa Blanca todo el día hoy y estaban indignados por la política de sentido común del presidente cuando se trata de fondos federales para Harvard”, dijo Leavitt. “Ni uno solo de esos reporteros puede responder a la pregunta de por qué una institución que está impulsando valores antiamericanos con una dotación de 53 mil millones de dólares debería recibir un solo centavo de los fondos de los contribuyentes”.
En ese contexto, la vocera explicó que el presidente Trump está enfocado en redirigir el dinero público hacia programas que capaciten a los trabajadores en habilidades técnicas y oficios prácticos, como plomería, electricidad y mecánica, por considerarlos esenciales para la economía estadounidense.
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“El presidente está más interesado en dar ese dinero de los contribuyentes a escuelas de oficios y programas en escuelas estatales donde promueven valores estadounidenses”, añadió Leavitt. “Pero lo más importante, educan a la próxima generación basándose en habilidades que necesitamos en nuestra economía y sociedad".
"Electricistas, plomeros... necesitamos más de ellos en nuestro país y menos graduados de posgrado LGBTQ de la Universidad de Harvard”, añadió.
Leavitt también se refirió al comportamiento de algunos estudiantes y activistas dentro del campus universitario, aludiendo a recientes manifestaciones. “No vamos a tolerar el comportamiento ilegal, criminal y antisemita que vimos tener lugar en Harvard y muchos otros campus universitarios de todo el país”, declaró.
Estas declaraciones se enmarcan en una serie de posturas que el presidente Trump y su administración han venido expresando desde su regreso a la Casa Blanca, destacando el énfasis en la promoción de políticas educativas orientadas al mercado laboral y la crítica abierta a centros universitarios que, a juicio del gobierno, han adoptado líneas ideológicas que contradicen valores tradicionales.
La medida anunciada representa una nueva fase en la política educativa federal, marcando un giro hacia el fortalecimiento de programas técnicos y escuelas comunitarias. Aunque no se han detallado aún los mecanismos específicos para la reducción o eliminación de fondos a instituciones como Harvard, la administración ha indicado que cualquier universidad que reciba apoyo del gobierno deberá cumplir con nuevos criterios vinculados con lo que, en su concepto, es neutralidad ideológica.
Leavitt subrayó que esta línea política responde a una preocupación por parte del gobierno de que las universidades de élite están desconectadas de las necesidades reales del país. “El presidente cree que necesitamos menos élites desconectadas de universidades ricas y más personas con habilidades reales para trabajos reales”, expresó.
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En paralelo, la vocera señaló que el gobierno ha observado un cambio en la opinión pública favorable a estas medidas. “La confianza del consumidor alcanzó un récord y también la encuesta de Matt Ras Muen mostró que la mayoría de los estadounidenses ven al país en el camino correcto bajo el presidente Trump”, aseguró.
Además de la política educativa, Leavitt se refirió a otros temas de interés nacional como las negociaciones comerciales en curso con India y la Unión Europea, así como los esfuerzos de la administración para revertir políticas de inmigración de gobiernos anteriores.
Finalmente, Leavitt indicó que el Congreso podría convocar audiencias relacionadas con decisiones tomadas en gobiernos anteriores, especialmente aquellas que habrían afectado la seguridad nacional. “La gente debe rendir cuentas. Y quién sabía qué y cuándo son ciertamente preguntas que necesitan ser respondidas”, concluyó.