El gobierno ucraniano enfrenta una de sus mayores crisis políticas desde el inicio de la invasión rusa, luego de que el ministro de Justicia, Herman Halushchenko, y la ministra de Energía, Svitlana Hrynchuk, presentaran su renuncia este miércoes, tras ser señalados en un caso de corrupción a gran escala vinculado a la empresa estatal Energoatom.
La primera ministra Yulia Svyrydenko confirmó que las cartas de dimisión fueron enviadas al parlamento ucraniano, horas después de que el presidente Volodymyr Zelensky pidiera públicamente su salida. Halushchenko fue suspendido de su cargo esa misma jornada, mientras la Oficina Nacional Anticorrupción (NABU) avanza en una investigación que salpica a Timur Mindich, un estrecho colaborador del mandatario.
De acuerdo con los fiscales, Halushchenko habría participado en un esquema de sobornos y lavado de dinero dentro de Energoatom, donde ocupó altos cargos antes de su paso por el gabinete. En grabaciones divulgadas por la NABU, los sospechosos Ihor Myroniuk y Dmytro Basov discuten el reparto de pagos ilícitos junto a un interlocutor identificado como “el Profesor”, apodo que correspondería al ministro. En las cintas también aparece una llamada directa de Zelensky a Halushchenko, presuntamente gestionada por Mindich, lo que la fiscalía considera una muestra de la influencia política del empresario.
“Creo que el ministro de Justicia y la ministra de Energía no pueden permanecer en sus cargos. Si hay acusaciones, deben ser abordadas”, afirmó Zelensky en Telegram, al tiempo que instruyó a Svyrydenko para que garantizara la renuncia de ambos y pidió al Consejo Nacional de Seguridad y Defensa imponer sanciones a los implicados.
La NABU también registró las oficinas y residencias de Halushchenko el 10 de noviembre y obtuvo pruebas que, según los fiscales, confirman su participación en el entramado de sobornos de Energoatom. Por su parte, Svitlana Hrynchuk, quien habría mantenido vínculos personales con Halushchenko, negó cualquier implicación: “No he oído hablar de ello”, dijo al medio de investigación Slidstvo.info, rechazando las acusaciones de irregularidades.
El gobierno suspendió además al vicepresidente y miembro del consejo de administración de Energoatom, Jacob Hartmut, y destituyó al consejo de supervisión de la empresa estatal, ordenando una auditoría completa y una reforma de su sistema de control interno.
En una reunión extraordinaria del gabinete, Lyudmila Suhak, viceministra de Justicia para la Integración Europea, fue designada ministra interina. Halushchenko, por su parte, declaró en Facebook que apoyaba la suspensión como una “medida civilizada y apropiada” y prometió defenderse en los tribunales: “No me aferraré al cargo. Demostraré mi inocencia en el ámbito legal”.
Sin embargo, los sectores anticorrupción del parlamento exigieron medidas más severas. Anastasia Radina, presidenta del comité parlamentario anticorrupción, advirtió que la suspensión era insuficiente: “Dos ministros deben dimitir o ser destituidos de sus cargos por la Rada Suprema”.
Halushchenko, de 52 años y originario de Lviv, ha estado vinculado a múltiples escándalos previos en el sector energético. En 2024, la NABU acusó a dos de sus antiguos adjuntos por recibir sobornos millonarios. Su trayectoria en Energoatom —donde fue vicepresidente entre 2020 y 2021— y su paso posterior por el Ministerio de Energía antes de llegar a Justicia, lo consolidaron como una figura influyente del gabinete, ahora en el centro de un caso que amenaza con sacudir la confianza internacional en el gobierno de Zelensky.
“Es inaceptable que, mientras Ucrania enfrenta ataques rusos y cortes de energía, sigan existiendo tramas de corrupción en el sector energético”, escribió el presidente en su mensaje nocturno.