Éxodo de venezolanos, el peor del hemisferio
Un fenómeno de desplazados que ha sido comparado en el ámbito internacional con el vivido desde 2011 en Siria, cuando estalló la guerra.
Según cifras oficiales de las Naciones Unidas, de los 2,3 millones de venezolanos que viven en el extranjero más de 1,6 millones abandonaron el país desde 2015, cuando se empezaron a sentir las consecuencias de la crisis en el país.
Sin embargo, según el Programa para la Región Andina, Norteamérica y el Caribe del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), el éxodo de venezolanos al resto de países de América puede llegar a los cuatro millones de personas a finales de este año.
Un éxodo que ha sido comparado en el ámbito internacional con el vivido desde 2011 en Siria, cuando estalló la guerra.
"En el último año salieron de Venezuela 1,5 millones de personas. Esto no tiene precedentes en cualquier parte del mundo. En Siria salieron seis millones de personas en un período de cuatro o cinco años. En Myanmar, un millón de rohingyás abandonaron el país, pero en casi diez años", explicó el director del Cejil, Francisco Quintana.
Las cifras estimadas por el Cejil junto a otras organizaciones como el Servicio Jesuita a Refugiados señalan que actualmente hay dos millones de venezolanos en Colombia, medio millón en Perú, otro medio millón en Ecuador, 120.000 en Argentina y unos 30.000 en República Dominicana.
Si se compara con cifras de la región, en términos de cantidad la migración de venezolanos ya ha superado el éxodo de cubanos después de la revolución de Fidel Castro, que derrocó al dictador Fulgencio Batista.
Cerca de 1,4 millones de cubanos abandonaron la isla rumbo a Estados Unidos, mientras que otros 300.000 fueron a América Latina, el Caribe y Europa, según el centro de estudios Migration Policy Institute, con sede en Washington.
Pero ese éxodo se dio durante seis décadas, no en cuatro años.
La crisis venezolana supera a la de Siria
La revista británica The Economist publicó el pasado mes de agosto un estudio que revela cómo la crisis política y económica que atraviesa Venezuela podría ser peor que la de Siria.
The Economist señaló que la cifra de venezolanos que radican en otros países se triplicó en los últimos 12 años, pues pasó de 437 mil 280 en 2005 a 1 millón 642 mil 442 en 2017.
Es un fenómeno que ya sobrepasó a la migración Siria y la de toda Europa. Según datos de la Organización Mundial para las Migraciones (OIM), a la Unión Europea llegaron más de 1.4 millones de personas por mar desde el 2015.
En el 2015 la crisis migratoria alcanzó proporciones inéditas en décadas. La OIM registra 1'011,712 llegadas por mar a Europa, entre ellas 853,650 a las costas griegas y 153,842 a las italianas.
Esta subida se explica por un empeoramiento de la guerra en Siria, combinado con el deterioro de las condiciones de vida en los campos de refugiados sirios en Turquía, Líbano y Jordania, donde la ayuda internacional se vuelve insuficiente.
Las cifras siguen siendo menores que las del éxodo venezolano. Detrás de estos "flujos" migratorios hay dramas humanos, como muestran los datos de la OIM sobre el número de muertes en el Mediterráneo. Casi 14,000 personas han muerto o desaparecido en los últimos cuatro años.
Las soluciones europeas a la crisis migratoria
La Unión Europea aún no encuentra una solución para la crisis migratoria que se sigue presentando. Las autoridades europeas consideran que la mayoría no son refugiados potenciales, sino migrantes económicos irregulares que deben ser devueltos a sus países.
El proceso desde hace dos años ha sido revisar minuciosamente las solicitudes de asilo de los migrantes con el fin de determinar quién se queda y quién debe volver a su país de origen.
Aunque no parece ser una opción para los venezolanos que han abandonado su país voluntariamente, en las últimas semanas algunas personas volvieron a Caracas en aviones enviados por el gobierno del presidente Nicolás Maduro, procedentes del Perú y de Ecuador.
Otra de los mecanismos que aplica la Unión Europea es de la “Protección Concedida”. Todas las solicitudes de asilo no acaban con una decisión favorable. Los países de la UE concedieron en el 2016 protección a 710,400 personas en total, más del doble que en el 2015, según Eurostat.
Esta "protección" abarca tres estatutos, el de "refugiado", el de "protección subsidiaria" para aquellos que no responden a los criterios del primer grupo pero que corren peligro en sus países y el de "autorización de residencia por razones humanitarias".
Un solicitante de asilo cuya petición es rechazada está destinado a ser devuelto a su país de origen, al igual que los migrantes irregulares que no piden asilo, considerados generalmente "migrantes económicos".
La Ley de Cuotas
Una de las estrategias de los europeos para enfrentar la crisis migratoria fue establecer la ley de cuotas entre los países. Frente a las llegadas masivas a Italia y Grecia, los europeos acordaron en septiembre del 2015 derogar temporalmente la normativa por la que el país de la UE por donde entró el solicitante de asilo debe tramitar la demanda.
Tras discusiones complicadas, los 28 decidieron repartirse 160,000 personas llegadas a estos dos países, en el plazo de dos años. Hasta el 9 de junio del 2017, solo 13,973 personas fueron "reubicadas" desde Grecia y 6,896 desde Italia; es decir, menos de 21,000 en total.
El objetivo inicial de las 160,000 reubicaciones se volvió así inalcanzable y el plan que debía encarnar la solidaridad europea se convirtió en un símbolo de las divisiones entre los países europeos.
Algunos lo aplicaron con cuentagotas, otros directamente no lo aplicaron, lo que animó a la mayoría de los candidatos al asilo a continuar su ruta hacia el norte de Europa.
Según los expertos, sólo un consenso entre los países latinoamericanos concebido en el seno de la OEA haría que los países recibieran a los migrantes venezolanos a través de cuotas establecidas.
En ese sentido, el director del Cejil, Francisco Quintana, propuso mejorar los canales de cooperación económicos a aquellos países que concentren más inmigrantes venezolanos y "reconocer la protección internacional que estas personas merecen".
"Ahí está uno de los mayores retos. Perú, Argentina, Chile y Colombia no quieren reconocer la condición de refugiados. La Declaración de Cartagena permitiría reconocer que estas personas tienen una serie de derechos establecidos a nivel internacional, y ACNUR podría trabajar de una manera amplia", argumentó Quintana.
De hecho, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) destacó que las solicitudes de asilo de ciudadanos venezolanos en el extranjero ya superan las 100.000 peticiones.
Por Kelly Cabana